
Así ocurre la nutrición celular en el ser humano
Cuando estamos disfrutando de nuestro plato favorito lo que menos pensamos es que, en realidad, el fin último de la alimentación es llevar a cabo la necesaria nutrición celular.
Si percibimos las células como los bloques con los que se construye nuestro organismo, nuestra materia prima, entonces podemos afirmar que comemos para que nuestros bloques sigan resistiendo, para seguir viviendo. Es decir, que la nutrición es la forma que tenemos de darle “combustible” a nuestro organismo para que siga funcionando bien.
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¿Qué es la nutrición celular? ¿Cómo ocurre? En este artículo nos adentraremos en nuestra fascinante vida interna. Sigue leyendo para que aprendas cómo hacen las células para mantenernos con vida.
¿Qué es la nutrición celular?
Clásicamente, la nutrición celular se ha definido como: "Conjunto de procesos mediante los cuales las células obtienen la materia y la energía necesarias para realizar sus funciones vitales”.
Todos los animales y todas las plantas están compuestos de células, pero la nutrición celular no es igual en todos ellos.
En el ser humano la nutrición es heterótrofa, lo que significa que la célula se nutre de materia orgánica ya formada. Las células cogen esos nutrientes y con ellos son capaces de crear otras sustancias orgánicas complejas como las proteínas, que tienen una función fundamental en el cuerpo humano, puesto que ayudan a restaurar los tejidos dañados.
Por el contrario, las plantas realizan una nutrición autótrofa a base de materia inorgánica como las sales minerales. Esto quiere decir que las plantas son capaces de coger una materia sin vida y transformarla en su propio alimento, algo que ningún animal puede hacer.
En todo caso, el objetivo de estos procesos es alimentar a las células para que el cuerpo pueda seguir desarrollando todas sus funciones vitales con total normalidad.
¿Cómo ocurre la nutrición celular?
Todo comienza cuando ingerimos alimentos. A partir de ahí se suceden una serie de eventos en nuestro organismo que llevan a la nutrición celular. La digestión, en sus diferentes fases, descompone los alimentos ingeridos en unidades más simples que pueden ser utilizadas por las células, como la glucosa o los aminoácidos. Estas moléculas son llevadas por la sangre hasta los diferentes grupos celulares, en un proceso dirigido por el sistema nervioso. De la sangre pasan al líquido intercelular, donde quedan a disposición de las células.
Tras este proceso se pueden identificar varias fases de la nutrición celular:
- Incorporación de sustancias: mediante estructuras específicas, como las vacuolas, las células llevan los nutrientes a su interior.
- Digestión de sustancias: similar a lo que sucede en el estómago y en el intestino, una vez los nutrientes están dentro de la célula, en forma de vacuolas, son descompuestos en unidades aún más simples gracias a las enzimas que vierten los lisosomas, unos orgánulos celulares. Estas sustancias más simples atraviesan las paredes de las vacuolas y se distribuyen por el citoplasma de la célula.
- Metabolismo: tal vez la fase más importante y por la cual ha ocurrido todo lo anterior. Tiene lugar en el citoplasma. Consiste en una serie de reacciones químicas que llevan a la producción de la energía que necesita la célula para funcionar. En este proceso, además, se sintetizan sustancias orgánicas esenciales para nuestro cuerpo. El metabolismo celular cuenta con dos procesos fundamentales:
1. Catabolismo: con el oxígeno que incorporamos del exterior y parte de la materia orgánica generada durante la digestión, se produce la energía bioquímica. En este proceso también se generan compuestos que la célula tiene que expulsar porque son tóxicos, como el dióxido de carbono. El catabolismo también es conocido como respiración celular.
2. Anabolismo: con la energía creada y las sustancias orgánicas sencillas, se sintetizan grandes moléculas orgánicas.
- Eliminación de residuos: ya mencionamos que en las fases anteriores no solo se producen sustancias y energías indispensables para la vida, sino además compuestos que pueden resultar tóxicos y que se expulsan al exterior a través de la membrana celular.
¿Por qué es tan importante la nutrición de las células?
El cuerpo humano consume energía en cualquiera de las actividades que lleva a cabo. Aunque es esencial tener un estilo de vida activo, incluso cuando estamos quietos consumimos calorías, porque en nuestro cuerpo se están llevando a cabo una serie de procesos que requieren de energía.
Por ejemplo, cuando una persona está trabajando con su ordenador, o estudiando, está teniendo una importante actividad cerebral, y eso implica un alto consumo energético. Obviamente, no tan alto como si se practicara deporte.
Por tanto, si en todo lo que hacemos estamos consumiendo energía, está claro que necesitamos mucha. Esto es lo que explica la importancia de la nutrición celular. Si no nos alimentamos bien y no le aportamos a nuestro cuerpo los nutrientes esenciales, no tendremos fuerza ni para hacer las actividades más sencillas de nuestra vida cotidiana.
¿Qué nutrientes necesitan las células?
El objetivo de alimentarnos es nutrirnos, pero en la era actual tenemos a nuestra disposición alimentos que pueden parecernos muy sabrosos y apetecibles pero que, sin embargo, no tienen ningún valor nutricional y no le sirven para nada a las células.
Si queremos contribuir a que nuestra nutrición celular sea correcta, nuestra dieta debe ser rica en:
- Proteínas: gracias a ellas se forman moléculas que se encargan de regular ciertas funciones corporales y de la reparación de los tejidos.
- Hidratos de carbono: son la principal fuente de energía a la que puede recurrir el cuerpo.
- Grasas: su finalidad es servir a modo de reserva energética. Cuando al cuerpo ya no le queda energía de los hidratos de carbono, entonces empieza a quemar grasa.
- Vitaminas: se usan para llevar a cabo ciertas reacciones metabólicas. El cuerpo no necesita una gran cantidad, pero la falta de las mismas puede dar lugar a la aparición de ciertas enfermedades como el escorbuto.
- Minerales: su presencia ayuda al correcto funcionamiento de la fisiología.
Para una correcta nutrición hay que tomar una cantidad equilibrada de cada uno de estos elementos, así que hay que saber dónde encontrarlos. Por ejemplo, las proteínas podemos obtenerlas de los huevos y de carnes magras como el pollo o el pavo. Los hidratos de carbono de los cereales, las legumbres, los lácteos y la fruta. Las grasas consideradas “buenas” están en productos como el aceite de oliva. Las vitaminas están en alimentos como la fruta y las verduras. Mientras que los minerales podemos obtenerlos de frutos secos, legumbres, semillas, marisco o pescado entre otros.
Cuanto más equilibrada sea nuestra dieta mejor estaremos alimentando a nuestras células, dándoles los nutrientes que necesitan. De ahí que la dieta mediterránea sea conocida en el mundo entero por sus beneficios sobre la salud, ya que es una forma de alimentación muy nutritiva.
No obstante, también es importante tener en cuenta que las personas pasan por situaciones en las que pueden tener necesidades especiales en cuanto a nutrientes. Ocurre por ejemplo en el caso de los enfermos, y de ahí que el estudio de la nutrición se vaya especializando cada vez más y aparezcan dentro de ella nuevas áreas con un gran potencial de desarrollo.
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