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Tu historia hace ciencia

Dra. Leda Pedelini Gassmann: Ciencia para difuminar fronteras y aprender enseñando

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La representatividad y la visibilidad de los referentes femeninos en ciencia sigue siendo una tarea fundamental. La falta de ejemplos notorios y numerosos es una de las grandes barreras que explican, en parte, la desigualdad de género en campos como la investigación o las carreras STEM. Esta falta de representatividad se traduce en una falta de confianza, que tiene como consecuencia una pérdida insostenible de talento en el área científica.

Por ello, desde VIU hemos creado esta sección, destinada a celebrar y visibilizar a las científicas de VIU durante todo el año, contribuyendo de esta manera a la presencia en el universo digital de más referentes femeninas que puedan inspirar a las niñas de hoy a ser las científicas de mañana.

En esta entrega, nuestra protagonista es la Dra. Leda Pedelini Gassmann, licenciada y doctora en Ciencias Biológicas y postdoctorado en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)-CSIC. La Dra. Pedelini es PDI del departamento de la Facultad de Ciencias de la Salud de VIU, ejerciendo de directora de la Maestría Oficial en Epidemiología y Salud Pública e impartiendo docencia en la Maestría Oficial en Bioética. Además, pertenece al grupo de investigación Genómica nutricional, adicciones y Salud Pública – GNASP, de la Universidad.

La ciencia fue una presencia constante en la vida de Leda Pedelini desde que tiene memoria. “Crecí rodeada de ciencia. Mi padre era científico y todos los amigos de la familia eran científicos que hablaban con palabras difíciles para mi edad y viajaban mucho”, cuenta, a la vez que recuerda como esa presencia moldeó su curiosidad infantil, llevándola a “buscar insectos por el jardín y hacer mi primera caja entomológica”. Esta inquietud primigenia no tardó en evolucionar en un interés cada vez más creciente, que terminó por solidificarse en su último año de secundaria, realizado en Nueva Zelanda, donde tuvo un profesor de Biología “que nos enseñó expresión génica, mutaciones, clonación, procesos y patrones de evolución”, un mundo de conocimiento que fue le encandiló y gracias al cual “decidí que ese era mi camino.”

Con esa convicción se matriculó en la carrera de Biología en la Universidad Nacional de Córdoba, de su Argentina natal. La elección fue tan acertada, que, al finalizar la carrera, le concedieron una beca para realizar el doctorado en España. “Realicé mi tesis en el Instituto de Biomedicina de Valencia, que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Valencia”, cuenta, agregando que “como no soy una persona muy paciente, me pareció una muy buena idea comenzar trabajando con la levadura como modelo de estudio de células eucariotas, por ser de crecimiento rápido”. Su trabajo, explica, se centró “en la caracterización de genes involucrados en ciclo celular y en el metabolismo de la glucosa”.

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Fiel a su inquietud, continuó profundizando en su investigación, abriendo nuevas puertas y ampliando aún más sus fronteras, “tuve la oportunidad de trasladarme a la Facultad de Medicina de la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Allí pude estudiar los genes homólogos en mamíferos, para saber si la función se había conservado a lo largo de la escala evolutiva o se habían adquirido funciones nuevas”. Fueron años muy fructíferos, en que estudió “las bases moleculares de enfermedades, como la diabetes, para conocer cómo las mutaciones en un determinado gen de un paciente, alteraban la función del producto de ese gen”. Una vez concluida esta etapa, emprendió el camino de regresos a Valencia, donde siguió profundizando sus conocimientos, realizando un postdoctorado en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP-UPV).

Si la ciencia había sido una constante en la vida de Leda desde sus comienzos, la otra, sin duda, eran los viajes, dos pasiones alimentadas por un deseo común de descubrir nuevos territorios más allá de las fronteras conocidas. A los nueve años, un posgrado de su padre le llevó a vivir en Estados Unidos, luego vino el año de secundaria en Nueva Zelanda, el doctorado en España, la estancia investigadora en Bélgica y el postdoctorado, nuevamente en España. Por ello no sorprende, que una vez concluida su período en el IBMCP-UPV, decidiera, junto a su pareja, tomarse un año para “recorrer el mundo, en coche, desde Valencia hasta la India, volviendo por África”.

A mi yo de niña le diría: no hay un único camino. Sigue el que para ti tenga sentido

Sin embargo, el viaje, como no podía ser de otra forma, estaría también muy ligado a la faceta científica de Leda, ya que durante su transcurso “varias escuelas nos invitaban para hablar de nuestras profesiones, de nuestros países de origen y para que los estudiantes nos hicieran preguntas”. Esto, relata, le llevó a darse cuenta de “que gran parte de lo que me apasionaba era comunicar ciencia, y que debía ampliar horizontes, salir de las cuatro paredes del laboratorio y saltar a la docencia”; una revelación que significó el comienzo de “una hermosa etapa de contacto con el alumno, que no he podido abandonar”.

La ciencia, explica Pedelini “se puede contar de muchas maneras, se puede ser muy creativo en el aula y los alumnos, si se les involucra, aportan mucho a cambio”. Una filosofía que le permitió a Leda seguir viajando y descubriendo nuevas formas de vivir la ciencia “Impartí clases de Biología Celular y Genética en universidades españolas, norteamericanas e incluso en una universidad en Guatemala, donde diseñamos el primer programa de doctorado de la universidad para dar la posibilidad de que los alumnos guatemaltecos se pudieran especializar en Biología Molecular”. Con toda esa experiencia acumulada, finalmente llegó a VIU, donde después de impartir docencia en la Facultad de Ciencias de la Salud, asumió la dirección del Máster Oficial en Epidemiología y Salud Pública, una experiencia que define como “muy gratificante, porque permite apoyar a los profesores para que puedan impartir una docencia de calidad en sus áreas de conocimiento y acompañar a los alumnos para que tengan una buena experiencia en VIU y puedan alcanzar sus metas”.

El origen de la vocación por la ciencia de Leda Pedelini no es ningún misterio y tampoco sorprende saber que su familia la apoyó totalmente en su decisión de perseguir una carrera científica, como ella misma lo cuenta: “Toda mi familia me apoyó siempre. Mi madre era docente, profesora de arte. Recuerdo la conversación con mi profesor de arte cuando le dije ‘quiero estudiar Biología’. Disimulando su decepción, porque estaba convencido de que lo mío era dibujar, siguiendo el camino de mi madre, me contestó: ‘bueno, se ven cosas muy interesantes a través de un microscopio. Podrás dibujar lo que ves’”

A las niñas que quieren dedicarse a la ciencia les diría que siempre hay una oportunidad

Entre sus referentes científicos de pequeña, Leda no duda en señalar a “mi padre y su entorno”, un círculo que fue ampliando durante su adolescencia con el descubrimiento de “un libro de Stephen J. Gould, un biólogo evolutivo y gran divulgador” que le gustó tanto que comenzó a leer todo lo que encontraba bajo su autoría. Cuenta que, “a través de sus libros, conocí a otros biólogos evolutivos, como Lynn Margulis”, y que, “admiro a todos los investigadores que dedican tiempo a la divulgación científica. Creo que es una parte muy importante de hacer ciencia”.      

Cuando se le pide hacer un ejercicio de imaginación y hablarle a su yo de niña respecto a la decisión de seguir una carrera en ciencia, lo primero que hace es una reflexión, que funciona casi como una declaración de principios “No cambiaría nada de lo que he hecho hasta ahora, porque todo lo he hecho porque me entusiasmaba. He tenido la suerte de sentirme apoyada en todas las decisiones que he tomado y de hacer lo que me hacía feliz”. 

Las elecciones que ha tomado le han permitido tener “la suerte de vivir y conocer países muy diferentes, lo que me fue permitiendo descubrir que lo reconocido como “normal” en un lugar, deja de serlo en otro.  Las expectativas cambian según la sociedad en la que te encuentras y, a veces, el que no pertenece a ella se siente como un bicho raro, por no pensar igual”. Por ello, afirma que a su yo de niña le diría una cosa: “no hay un único camino. Sigue el que para ti tenga sentido”.

Al pedirle un consejo para las niñas apasionadas por la ciencia, pero que no tienen apoyo o los referentes como para plantearse seguir una carrera en este campo, Leda recurre a la experiencia, contando que “En Guatemala, tuve esta conversación muchas veces con alumnas que querían dedicarse a la ciencia, pero para las que ya había sido un desafío enorme poder acceder a la universidad y temían no tener ‘suerte’ al acabar. Yo les decía que ya habían tomado una buena decisión al elegir la carrera que les gustaba. Y parafraseando a Séneca, les decía que ‘la suerte es donde confluyen la formación y la oportunidad’. La formación recibida les permitiría percibir mejor las oportunidades y elegir entre las opciones que se presentaran. Creo que eso mismo le diría a cualquier niña. Siempre hay una oportunidad”.

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Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.