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Educación

Neuroeducación: nuevas metodologías y motivación del alumno en el aula inclusiva

Equipo de Expertos en Educación

Vivimos en una era de transformación constante, impulsada por avances tecnológicos que redefinen nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Uno de los campos más fascinantes de este desarrollo es la Neurociencia, especialmente aplicada al ámbito educativo, pues gracias a las tecnologías de visualización cerebral es posible explorar con mayor profundidad, cómo aprende nuestro cerebro.

¿Qué es la Neurociencia?

Hoy en día entendemos la neurociencia como la ciencia que estudia el sistema nervioso, especialmente el cerebro, para entender su estructura, función, desarrollo, química, y cómo estos aspectos se relacionan con el comportamiento y los procesos mentales. Esta definición está respaldada por décadas de investigación empírica.

De acuerdo con Salas (2003), la Neurociencia es un “conjunto de ciencias cuyo estudio es el sistema nervioso, con particular interés en cómo la actividad cerebral se relaciona con la conducta y el aprendizaje” (p. 156). Comprender el funcionamiento del cerebro es un desafío complejo, pero los descubrimientos recientes han generado una base empírica sólida que permite diseñar programas educativos innovadores, adaptados tanto a las competencias individuales como a las necesidades de aprendizaje de los alumnos.

Como afirma Lacoboni (2009), “Estamos en un punto en el que los resultados de la neurociencia pueden ejercer una influencia significativa en la sociedad y en la comprensión de nosotros mismos y cambiarlas” (p. 260). Esta afirmación subraya el papel transformador que puede desempeñar la Neurociencia, especialmente en los procesos educativos.

El catedrático Francisco Mora Teruel, médico y doctor en Neurociencia, retoma las ideas de Eric Kandel, premio Nobel en el año 2000, para definir la Neurociencia como un “conjunto de conocimientos sobre cómo funciona el cerebro y el producto de ese funcionamiento, que es el pensamiento, los sentimientos y la conducta humana” (Mora, 2009, p. 5). Esta perspectiva integradora ha despertado el interés de numerosos expertos que coinciden en la necesidad de replantear profundamente la forma en que enseñamos y aprendemos.

Investigadores como Jessell, Kandel y Schwartz (1997), Beiras (1998), Geake (2002) y Sierra & Sierra (2000) coinciden en que las metodologías educativas deben evolucionar con base en el conocimiento que hoy tenemos sobre el cerebro. Los hallazgos neurocientíficos están demostrando que muchas prácticas tradicionales en las aulas resultan ineficaces para el desarrollo integral de los estudiantes.

¿Cómo se integra la Neurociencia a las nuevas metodologías educativas?

En este contexto surge la Neuroeducación, un enfoque que integra los avances de la Neurociencia con la práctica pedagógica. Autores como Ken Robinson (2009), Francisco Mora (2016) y José Antonio Sáez (2014) promueven esta nueva visión educativa, centrada en el cerebro, que busca personalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje y ajustarlo a los ritmos, emociones y capacidades únicas de cada estudiante.

La Neuroeducación ha evolucionado en gran parte gracias al trabajo de docentes comprometidos que, frente a los desafíos del aula, han buscado nuevas herramientas fundamentadas en evidencia científica. Tal como destaca Mora (2016), esta convergencia entre educación y Neurociencia permite “aplicar en el aula los conocimientos que ya poseemos sobre los procesos cerebrales de la emoción, la curiosidad y la atención, y cómo estos se activan para abrir puertas al aprendizaje a través de los mecanismos de memoria” (p. 27).

Desde esta perspectiva, el aprendizaje se potencia cuando se respetan los ritmos naturales de maduración del cerebro y se utilizan estrategias coherentes con su funcionamiento. Como lo resume Guillén (2015), “cada cerebro es único y singular (…) cuando se utilizan estrategias en consonancia con la forma natural de aprendizaje, el proceso se facilita”.

Además, expertos como Bueno (2015), Howard-Jones (2011) y Sáez (2014) coinciden en que la misión principal de la Neuroeducación es facilitar el proceso de enseñar y aprender, mediante el aprovechamiento de los hallazgos científicos sobre el cerebro humano. Este enfoque resulta especialmente relevante en el campo de la Atención a la Diversidad y, en particular, en el acompañamiento a estudiantes con dificultades de aprendizaje.

 

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Ventajas de la Neuroeducación

La Neuroeducación permite una detección e intervención temprana más precisa de problemas que pueden afectar áreas clave como:

  • La lectura.
  • La escritura.
  • El cálculo.
  • El procesamiento de la información.

Asimismo, contribuye a mitigar los efectos negativos que los entornos estresantes o amenazantes pueden tener en el desarrollo cerebral, como advierte Mora (2016): “Ayuda a prevenir, reducir o mitigar las consecuencias de vivir en ambientes negativos, que generan hábitos perjudiciales para el desarrollo normal del cerebro” (p. 29).

Este enfoque plantea, por tanto, la urgente necesidad de transformar los métodos educativos aún dominantes, que en muchas ocasiones responden a modelos obsoletos y descontextualizados. No basta con cambiar los contenidos; es imprescindible que los docentes cuenten con la formación adecuada para comprender cómo aplicar estos conocimientos en el aula, respetando la singularidad de cada estudiante.

La Neuroeducación también invita a ver al alumno como un ser integral, cuyo aprendizaje académico debe estar en armonía con el desarrollo de sus habilidades emocionales, sociales y cognitivas. Como señala Sáez (2014): “Muchas veces formamos a las personas para que sean grandes profesionales, pero nos olvidamos de que antes tienen que ser personas” (p. 79).

En esta misma línea, Jesús C. Guillén, divulgador de la Neuroeducación y colaborador académico de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), sostiene que los docentes deben ser promotores de entornos de aprendizaje emocionalmente positivos. Esto implica fomentar la empatía, la autoestima, la resiliencia y la motivación, para que los estudiantes se sientan valorados, escuchados y con capacidad para superar los retos.

La Maestría Universitaria en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana de VIU incorpora los fundamentos de la Neuroeducación en su propuesta académica. Este enfoque se aplica de manera directa a los alumnos con necesidades educativas especiales, promoviendo su inclusión efectiva en el sistema educativo mediante estrategias fundamentadas en la Neurociencia.

En definitiva, la Neuroeducación no es solo una tendencia emergente, sino una herramienta poderosa para transformar la enseñanza desde sus cimientos, alineándola con el conocimiento más actualizado sobre el cerebro humano. Solo a través de una educación emocionalmente consciente, científicamente informada y humanamente comprometida podremos formar no solo mejores estudiantes, sino mejores seres humanos.

VIDEO RELACIONADO:   Capitulo 87 REDES: El sistema educativo es anacrónico. https://youtu.be/Lyfq_JCUlRw

Paula Sanjuan García
Colaboradora de la Maestría Oficial en Educación Especial y Atención a la Diversidad de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

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Equipo de Expertos en Educación
Equipo de Expertos en Educación de la Universidad Internacional de Valencia.