La violencia de género: clasificación, causas, prevención y casos

Son diversos los profesionales, de ámbitos como la justicia o la psicología, los que han comenzado a estudiar las causas que generan la violencia de género. Si bien algunas de las leyes más recientes protegen a las víctimas, los datos siguen siendo alarmantes.

La violencia psicológica y física que ejecutan algunos hombres sobre su pareja o expareja es un problema que no deja de crecer. Solo conociendo la causa será posible evitar este tipo de conductas en lo sucesivo.

¿Qué es la violencia de género?

Según el Ministerio de Igualdad, se considera violencia de género a la ejercida contra las mujeres por parte de una persona que ha tenido algún tipo de relación con ellas. El objetivo del agresor sería dañar o amenazar a la víctima. La ONU incluye en su definición otros aspectos como el sufrimiento sexual, psicológico o físico.

Entran dentro de esta categoría las amenazas (privadas o públicas) y la privación de libertad de la víctima. El apelativo «de género» alude a que la persona que la recibe es una mujer.

Tipos de violencia de género

No existe un único tipo, lo que provoca que haya distintas categorías dentro de este delito. Así, la violencia puede ser:

• Física.
• Verbal.
• Psicológica.
• Sexual.
• Socioeconómica.

Las causas de la violencia de género

Son diversas, lo que nos lleva a analizar cada una de ellas detenidamente para aclarar las características más importantes.

Los factores culturales

Hay muchas culturas y religiones en las que el sexismo y los rasgos patriarcales aseguran una posición preponderante de los hombres. Ello provoca que la mujer sea, prácticamente, un objeto que no hay que respetar y que no tiene ningún tipo de derecho frente al hombre.

Los estereotipos

Parece frecuente pensar que el hombre representa la autoridad en el hogar. Se ha creado una imagen ficticia en la que el hombre tiene un papel muy concreto. La tradición religiosa también ha incidido directamente en una forma concreta de entender la sexualidad femenina. La suma de estos aspectos, y de términos como el honor o la virtud, provoca que la mujer tenga que respetar una serie de parámetros y que el hombre parezca tener más libertad para hacer lo que le apetezca.

Los factores económicos

Siguiendo con la anterior línea de pensamiento, el hombre es el padre de familia que tiene como principal objetivo llevar el dinero y la comida a su casa. Cuando estos papeles se invierten y la mujer también trabaja, algunos entienden que su masculinidad está en entredicho, lo que podría terminar generando violencia contra su pareja.

Factores psicológicos

Basta con repasar el número de casos en las sociedades más avanzadas para confirmar que también los factores psicológicos son esenciales para explicar las agresiones contra las mujeres. Es decir, no siempre el hombre ataca por desigualdad o por sentirse amenazado, sino también cuando tiene algún tipo de alteración mental que le impide saber que lo que hace es totalmente inaceptable.

En ocasiones, es porque la persona piensa que la pareja es una propiedad, por lo que cualquier actividad que se salga de la rutina (salir con amigos o trabajar, por citar dos ejemplos) provoca la agresión. Mentalmente, el agresor siente que es superior a su pareja y que puede dominar todos los aspectos de su relación. Su búsqueda constante de métodos para anular a la persona con la que comparte su vida genera actos violentos.

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¿Es posible prevenir la violencia de género?

Debería serlo tras analizar las posibles causas en cada caso. No obstante, no resulta nada fácil. Lo más recomendable sería trabajar con los niños desde que comienzan a asistir al colegio. Se les debe enseñar que todas las personas somos iguales y también el respeto por la libertad de los demás.

Un entorno familiar sano también influye. Los especialistas tienen por delante un arduo trabajo para conseguir que semejante lacra se convierta en un recuerdo.

Los datos de la violencia de género en España

El informe oficial confirma que el objetivo de que haya cero casos al año sigue siendo un sueño por cumplir. Los datos de 2022 son los siguientes:

• Fueron asesinadas 49 mujeres. La segunda cifra más baja desde 2016 y 2020. Entre 2020 y 2022 se ha vivido el trienio con menos víctimas desde que se contabilizan los casos.
• De las 49 víctimas, un 57,1 % no había presentado nunca una denuncia por este motivo. El 32,7 % tenía una edad entre los 41 y los 50 años. El 65,3 % murió a manos de su cónyuge o pareja, el 34,7 % fue víctima de una expareja o de un hombre con el que habían roto su relación.
• De los agresores, un 20,4 % se suicidó tras el asesinato y un 18,4 % lo intentó. El 38,8 % de los agresores también tenía entre 41 y 50 años.
• Dos menores fueron asesinados por sus respectivos padres biológicos. La segunda cifra más baja desde 2013. Hasta 38 menores quedaron huérfanos de madre.

El Ministerio de Igualdad mantiene activas varias campañas de concienciación, pero parecen ser insuficientes. Los ataques por parte de menores a mujeres con las que no han tenido ningún tipo de relación también han aumentado y la ley no tiene la capacidad suficiente para poder imputar a este tipo de agresores.

Asimismo, las 102 391 llamadas al 016 recibidas en 2022 suponen la confirmación de la validez de esta herramienta, pero se sigue pensando que se podría hacer mucho más por parte de toda la sociedad para paliar los efectos de esta plaga.

¿Cuáles son las alternativas disponibles?

Naciones Unidas propone diez ideas que pueden ser definitivas para corregir la tendencia:

1. Escuchar y creer a las víctimas. Independientemente de su caso, es esencial apoyar a la persona y no preguntarle por qué no huyó o cuestiones similares. Resulta indispensable que conozca los recursos a su alcance para que la situación no se repita.

2. Aprende de la próxima generación y dale las claves necesarias. Los más jóvenes, salvo excepciones, parecen más concienciados. Es importante evitar los estereotipos, fomentar la independencia y formar sobre los derechos de las mujeres para que tenga un futuro mejor.

3. Exigir servicios y respuestas. Es imprescindible dotar de líneas de atención directa, refugios y asesoramiento profesional a las mujeres. Dar a conocer mejor las campañas organizadas es un importante primer paso.

4. La importancia del consentimiento. No existe un límite difuso, la mujer debe decir un sí rotundo o demostrar que quiere mantener una relación íntima sin sentirse cohibida. No es nada conveniente culpar a la víctima o justificar al agresor alegando que los hombres son así.

5. Identificar los síntomas de maltrato y conocer los recursos disponibles. Lo más habitual es que la víctima se calle durante meses o que piense que todo puede cambiar. Es importante que tanto ella misma como quien le rodee se dé cuenta de qué sucede y que se comience así el proceso de ayuda.

6. La conversación. Hay opciones como teñir de naranja tu perfil en las redes sociales para confirmar que también tú colaboras por la causa. Nunca se sabe cuándo alguien va a entablar una conversación contigo sobre el tema.

7. Denuncia si conoces algún caso cercano. Cualquier tipo de abuso del que seas consciente puede y debe ser denunciado. Solo así se puede atajar el problema desde su inicio.

8. Colabora con asociaciones que ayudan a las víctimas.

9. Sé consciente de cuándo se está traspasando una línea roja. Un chiste, un comentario desagradable o cualquier otra situación deben ser motivo de crítica para dejar de normalizar este tipo de actitudes.

10. Mantén al día tus conocimientos de las estadísticas y solicita información. Puedes ayudar más de lo que piensas si colaboras con las instituciones denunciando casos que conoces.

La reforma de la legislación vigente y la ayuda de los agentes sociales son otros aspectos que complementan las 10 medidas anteriores. Todo sea por conseguir que el número de víctimas se reduzca de forma drástica y eficaz.

Fórmate en violencia de género

Como profesional del derecho o psicólogo/a siempre es recomendable formarse correctamente en este tipo de materias. Disponemos de varios programas formativos específicos que te permitirán ayudar a las víctimas, entender lo sucedido y recurrir a la ley llegado el momento. Lo importante es que tengas las herramientas necesarias para ponerte en su lugar y que conozcas cómo ayudar a esa persona.

Como hemos indicado, las cifras siguen bajando, pero queda mucho camino por recorrer. Si todos contribuimos para alcanzar el objetivo de que no haya ninguna víctima será más fácil alcanzar tan importante meta.

El repaso a las causas, los condicionantes y los tipos de violencia de género ha de dar como resultado una concienciación mayor y la toma de decisiones relacionadas directamente con tu profesión. Entender a las víctimas, escuchar su testimonio y denunciar son los tres pilares más importantes de cualquier tipo de medida relacionada con la erradicación de este tipo de delitos. Formarte también te permitirá poner tu grano de arena en la consecución de unos objetivos que deberían alcanzarse en un periodo lo más corto posible.