Dopamina: qué es y cómo influye
Ciencias de la Salud

La dopamina, responsable de mucho más que la motivación

Equipo de Expertos en Ciencias de la Salud

La dopamina es conocida como la «hormona de la motivación». Sin embargo, su potencial como neurotransmisor va mucho más allá del comportamiento humano. Si bien es cierto que influye en este de manera decisiva, también lo es que puede ser controlada. A continuación, expondremos su impacto en el cerebro.

¿Qué es la dopamina?

En términos científicos, se trata de un neurotransmisor, es decir, una molécula que ejerce la función de «mensajera» desde las neuronas que las generan hacia otras células. Por ello, interviene en ciertas funciones esenciales para el comportamiento humano:

  • Control de movimiento.
  • Memoria.
  • Sistema de recompensa.

Después de haber visto la dopamina y qué es, hay que ofrecer una visión más aproximada. Para ello, veremos el impacto que posee esta hormona en cada una de las tres dinámicas anteriores.

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En el control del movimiento

Respecto al primero de ellos, cabe hacer una mención para poner de relieve su potencial. Cuando los niveles de este compuesto son demasiado bajos, aparece la enfermedad de Parkinson, como así afirman diversos estudios. Un ejemplo es el Diagnóstico precoz de la enfermedad de Parkinson: neurospect del transportador de dopamina, publicado en SciELO.

En ese sentido, las investigaciones recientes del psiquiatra y neurocientífico Joaquim Alves da Silva corroboran lo anterior. Concretamente, explican que los problemas que padecen los pacientes con esta enfermedad son más específicos. Se ha observado que tienen dificultad para iniciar cualquier tipo de movimiento corporal, además de la lentitud en sus movimientos.

Por ello, se llevó a cabo un estudio con ratones que ofreció resultados impactantes. El experimento demostró que, para cualquier movimiento físico, es necesario que exista un «empuje» de esta sustancia. Por lo tanto, la actividad neuronal no solo depende de las comunicaciones, sino también a los cambios en su organización.

En la memoria

La dopamina está relacionada con la adquisición y consolidación de recuerdos. En este sentido, los receptores D2 se encargan de alterar los procesos de aprendizaje asociativo y espacial, según un reciente estudio de la Universidad Pablo de Olavide. En sí, los receptores D1 y D2 son los más abundantes y, en consecuencia, los que juegan un papel más relevante.

La memoria nos ayuda a almacenar, codificar y recuperar información. De este modo, ayuda a la memoria espacial, ya que registra información de nuestro entorno. Lo mismo sucede con la memoria asociativa, que permite rescatar lo que ha quedado almacenado con fines de aprovechamiento en el pensamiento.

Estos dos tipos de memoria son cruciales para la mente del ser humano. No obstante, sin la contribución de esta hormona, no podríamos recuperar información de nuestro cerebro, de estímulos externos ni tampoco de nuestro entorno. En resumen, este componente es fundamental ante procesos degenerativos, como la demencia senil.

En el sistema de recompensa

Más allá de comprender qué es la dopamina, hay que ver en qué parte del cerebro actúa. El sistema límbico se encarga de producirnos bienestar y es el responsable de que deseemos que se repita una conducta que nos produzca esa sensación. Algunos ejemplos que nos aportan bienestar son, por ejemplo, comer, beber, dormir o sociabilizar con otras personas.

Este tipo de conductas primitivas nos ayuda a sobrevivir desde el punto de vista social, por lo que han quedado grabadas en el instinto. Debemos tener en cuenta que algunas de estas nos pueden producir una adicción. No en vano, es posible crear paulatinamente una necesidad que vamos alimentando para sentir los efectos del placer, ya sea en comida, alcohol o sexo, entre otros.

Lo más grave, dentro de este ámbito, es el doble efecto que se desencadena en el cerebro. La segregación de esta hormona, cuando está asociada a actividades no controladas o perjudiciales, puede tener un impacto considerable:

  • Incrementa la necesidad de repetir la acción (motivación excesiva o incontrolable).
  • Disminuye progresivamente el bienestar asociado, por lo que necesitamos realizarla más.

¿Qué efectos ejerce en el cerebro?

Esta molécula se encarga de transmitir mensajes a otras células y aporta placer, relajación, memoria y aprendizaje. Además, esta hormona está relacionada con rasgos de nuestra personalidad y nos prepara para defendernos de cualquier peligro. Por este motivo, los especialistas llevan décadas investigando la relación entre la dopamina y la serotonina.

En relación con la personalidad

Prestigiosos estudios científicos afirman que puede estar detrás de rasgos habituales. Entre ellos, figuran la cobardía, la extroversión o la inseguridad. Por su parte, también está conectada con emociones básicas y secundarias. Es decir, con el miedo, el placer o incluso la ira. Una baja concentración de esta molécula puede originar miedo social y rechazo.

Adicción y placer

La dopamina es la responsable de las adicciones. Es más, las drogas aumentan la cantidad de este compuesto y potencian considerablemente el sistema de recompensa del cerebro, lo que refuerza el estado de placer. Lo mismo ocurre con el dulce o las comidas basura, que ya están preparadas con sustancias que despiertan esa necesidad de volver a consumir.

En estos y otros casos no sucede de la misma forma, puesto que cada persona no responde igualmente al placer. Por ello, su segregación nos puede convertir en adictos en cierto modo. Un claro ejemplo son las personas con obesidad, ya que tienen menos receptores y, por lo tanto, necesitan comer más para saciarse.

Motivación

Nuestro organismo puede generar la dopamina antes o después de una actividad placentera. De esta manera, consigue motivar al sujeto a buscar situaciones o actividades que le creen bienestar, al tiempo que evita las situaciones negativas. Hay una situación paradójica que está relacionada estrechamente con este ámbito que describiremos con un ejemplo:

Cuando una persona está jugando en una máquina de casino, genera una dosis importante al ganar dinero. Sin embargo, cuando lo pierde y se queda a punto de conseguir el premio, la segregación es doble. Por lo tanto, se genera lo que, popularmente, se denomina «círculo vicioso», que puede desembocar en ludopatía.

Enfermedades

Esta sustancia, igualmente, está relacionada con muchas enfermedades, como se puede estudiar en nuestro Máster en Epidemiología:

  • Exceso: pueden aparecer trastornos como la esquizofrenia o la bipolaridad. Eso sí, no hay que olvidar que la genética es otro componente fundamental.
  • Déficit: en ocasiones, desencadenan en depresiones, déficit de atención, hiperactividad, la enfermedad de Huntington y la neurodegeneración asociada al VIH-1.

Dopamina y motivación

Se ha demostrado que el nivel de esta sustancia varía según cada individuo. Este motivo explica que haya personas más constantes y perseverantes que otras para alcanzar un objetivo. No obstante, esa búsqueda de sensaciones suele traer consigo unos valores elevados en el cerebro.

Por otro lado, en relación con los alimentos, hay algunos que disparan los niveles de dopamina. Entre ellos, se encuentran el azúcar y el café, cuyo consumo desmesurado puede perjudicar al funcionamiento del sistema límbico. Es más, un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto Max Planck corroboró que el metabolismo humano juega un papel esencial en ese proceso. Concretamente, expone que el cerebro segrega dos veces este componente. La primera se produce cuando ponemos el alimento en la boca, y la segunda, cuando llega al estómago. Por consiguiente, lo que puede ocurrir es que se consuman alimentos de baja calidad o perjudiciales para la salud y el sujeto desarrolle sobrepeso y obesidad.

Para comprobar esta segregación doble, los especialistas llevaron a cabo un estudio con 12 pacientes. Como parte del proceso, se les dio una bebida apetecible con una solución insípida. Los sujetos, conectados a un escáner, identificaron dos momentos. Uno de ellos tuvo lugar al tomársela y, el otro, transcurridos unos 20 minutos.

La dopamina desde el punto de vista de la nutrición

Hemos reflexionado acerca de la dopamina y para qué sirve. Pero ¿cómo está vinculada con lo que comemos? El proceso de adicción y tolerancia también puede ser desencadenado por los alimentos y se conoce como resistencia. Con independencia de que sean dulces o salados, lo importante es la combinación de glucosa, grasa y sal.

Los receptores D2 son los encargados de crear estas adicciones. Si nuestro organismo tiene un déficit en este sentido, la persona es más propensa a padecer una adicción. Por ello, debemos tener en cuenta los programas de educación nutricional. Desde el punto de vista formativo, una buena opción para ampliar estos conocimientos es el Máster en Nutrición y Salud.

Ciertos ejemplos para resistir estas adicciones serían:

  • No consumir sustancias perjudiciales que produzcan un mero placer. De esta manera, la persona no la segregará de forma descontrolada.
  • Liberarla de forma saludable. Pueden proponerse metas a cumplir y dedicar tiempo a tareas en las que involucremos nuestra creatividad.
  • La alimentación saludable no debe convertirse en una obsesión. Basta con llevar un régimen variado, equilibrado y adaptado a la persona.
  • Reducirla para minimizar el estrés. Ciertos complementos alimenticios consiguen regularizar los niveles sin actuar en el SNC (Sistema Nervioso Central).

Como ha quedado patente en esta entrada, la dopamina es crucial en nuestro cerebro. Eso sí, puede jugar tanto en contra como a favor, por lo que es esencial mantenerla en niveles regulados. Con nuestro Máster en Ciencias Avanzadas de la Nutrición Humana, es posible conocer mejor su impacto en el sistema límbico y el comportamiento humano.

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