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Ciencias de la Salud

Crisis y salud, en época de crisis ¿mejora o empeora la alimentación de la sociedad?

Equipo de Expertos en Ciencias de la Salud

Por todos es conocido, que desde el 2008 se está viviendo una de las crisis económicas más importantes acaecidas a nivel mundial. Bien es cierto, que esta crisis ha afectado a unos países más que a otros, siendo España uno de los más perjudicados como consecuencia de la falta de industria y la famosa “burbuja inmobiliaria”. De hecho, para muchos grupos de investigación, España es considerada con uno de los “mejores laboratorios” para investigar los efectos de la crisis sobre infinidad de ámbitos, entre ellos, la salud.

Como consecuencia de esta crisis, la tasa de desempleo en nuestro país comenzó a aumentar hasta alcanzar cifras insospechadas, viviéndose verdaderas situaciones de drama social en muchas familias, al perder el empleo, sus pertenencias e incluso su propio domicilio. En el patrón de la atención a la dependencia también se ha observado un cambio al “sacar a las personas mayores de las residencias”, y ahorrarse así ese dinero o incluso utilizarlo para poder mantener a toda la familia gracias a la pensión.

Son muchos los estudios que se han realizado para analizar el efecto de la crisis económica en multitud de aspectos relacionados con la salud. Muchos de estos se han centrado en estudiar como el efecto de la crisis ha influido en la alimentación de las personas. En concreto, como ha influido en la alimentación de las personas mayores al convertirse, como ya se ha comentado, en mantenedores de familias completas. Muchos hijos e hijas con sus respectivas familias han vuelto al hogar paterno y/o materno al amparo de la pensión de los abuelos/as.

Estudios observacionales realizados al respecto, han demostrado el cambio de patrón alimenticio al disminuir el consumo de productos saludables como fruta y verdura, pero en contraprestación se tiende a aumentar el consumo de legumbres, hidratos de carbono y carnes, siendo cocinados en el domicilio y no consumiendo comidas rápidas e insanas fuera del domicilio. Como consecuencia, el cambio de patrón alimenticio puede estar entre las causas de una ligera reducción, por ejemplo, las tasas de patología cardiovascular.

Sería conveniente que en este punto reflexionar acerca de la pregunta reflejada en el título de este blog. Con lo que se ha expuesto hasta ahora se podría pensar que la alimentación de las personas ha empeorado al disminuir el poder adquisitivo, como consecuencia de ello, cabe imaginar que las personas comerían peor, comidas menos sanas, más baratas e insanas. ¿No es así?¿No ha pensado esto al leer el título de este blog?

Sin embargo, nada más lejos de la realidad: son muchos los estudios que se han realizado al respecto y que han demostrado, que en época de crisis las personas mejoran y mucho sus estilos de vida, lo que incluye una alimentación mucho más saludable que la que mantenían cuando su situación económica era más boyante, abandonando hábitos menos saludables como el consumo de tabaco y alcohol, entre otros.

Este fenómeno conocido como efecto procíclico, evidencia como en época de crisis mejoran la salud de ciertos colectivos al cambiar ciertos estilos de vida como el patrón alimenticio entre otros.

Este mismo efecto también demuestra que la salud de la población puede mejorar al disminuir las situaciones estresantes relacionadas con el medio laboral y la accidentabilidad relacionada con la misma. Todo esto unido a una mejor alimentación hace que, al contrario de lo que se esperaría, la salud a corto plazo de la sociedad y por ende de las personas mayores, sustentadores de muchas familias, mejoren en esta época de crisis.

Por otro lado, muchas de estas familias para poder llegar a final de mes, han tenido que recurrir a la ayuda de alimentos ofrecidos por ciertas ONGs o Instituciones, debido a la situación de precariedad que viven al disponer sólo de la pensión de las personas mayores. Esta situación se agrava aún más si la persona que aporta la pensión es la mujer viuda que cobra ¿únicamente? la pensión de viudedad de su marido. Los alimentos ofrecidos por estas ONGs son alimentos de primera necesidad, productos frescos como verduras, frutas, pescado y carne y, productos no perecederos de todo tipo como legumbres, pastas, arroz, leche, galletas, etc. A día de hoy, son muchas las familias que están viviendo gracias a la ayuda de los abuelos y de la dotación de alimentos como los que se acaban de mencionar.

La siguiente pregunta o reflexión que se debería hacer es ¿qué pasará a largo plazo?, ¿se seguirá manteniendo esta protección de la salud frente a las enfermedades cardiovasculares?, y sin ir más lejos, ¿cómo afecta a otras áreas de la salud el efecto de la crisis?, pues en este caso la respuesta que usted ha pensado es la acertada. Pese a que la crisis mejora ciertos aspectos de la salud empeora otros, de hecho se ha demostrado que en época de crisis aumenta la mortalidad, la morbilidad, la mala salud autopercibida y los suicidios, principalmente como consecuencia de situaciones relacionadas con el medio laboral y la pérdida de poder adquisitivo.

Son los ancianos junto con los niños uno de los colectivos sociales más vulnerables a la crisis económica, por lo que se hace necesario el impulso de políticas sociales que protejan a estos colectivos. Unos porque se encuentran en pleno desarrollo físico y vital, siendo nuestro futuro y otros, porque han sido quienes nos han mantenido toda la vida, quienes han luchado porque estemos aquí y merecen llegar a esta etapa de la vida con unos niveles de atención adecuados. A pesar de lo expuesto en este blog, en mi día a día, veo cómo infinidad de familias siguen yendo a pedir la ayuda de alimentos a los organismos gubernamentales y, sin embargo, no acuden al punto de entrega por el estigma social que supone que les vean ir y recoger la dotación correspondiente. También, son muchas las personas mayores que me han comentado cómo se sienten al tener que ir y la angustia que les genera al saber la responsabilidad que tienen frente a toda su familia.

Para acabar les presento un estudio longitudinal donde se estudia el cambio de patrón alimenticio en épocas de crisis y la relación directa que tiene con el nivel sociocultural de la población. Me ha parecido un estudio muy interesante digno de prestar atención.

El vídeo que encontraréis al final de esta publicación se titula el “Menú de la crisis”. En este vídeo se muestran diferentes realidades sociales y las diferentes formas de afrontar la crisis, igualmente en el mismo podrá observar como, por ejemplo una mujer jubilada con su pensión ayuda a tres hijos y acude a un centro de alimentos para poder mantener a su familia completa.

Es un video que pone el énfasis en la importancia de las redes sociales y de las redes familiares para poder hacer frente a las situaciones más angustiosas de la crisis.

Raquel Sánchez Recio
 Diplomado universitario en Enfermería . Máster en Salud Pública Profesora Máster de Gerontología: nuevos retos en atención integral de la Universidad Internacional de Valencia. Miembro del Grupo de Investigación GI-VIU para el Estudio de la Violencia de Género