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Inteligencia Artificial para potenciar la inclusión educativa: posibilidades, desafíos y pasos a seguir

 

La Inteligencia Artificial; especialmente aplicada a Modelos de Lenguaje Grandes (LLM), a la generación de imágenes, video y música, a la imitación y generación de voz y al manejo y análisis de datos e información; ha causado un impacto enorme en nuestras sociedades a lo largo de los dos últimos años. Tecnologías fáciles de utilizar como ChatGPT, Copilot o Gemini, por ejemplo, ha acercado al público general las posibilidades que ofrece esta disciplina, modificando nuestra forma de consumir y procesar contenido, de gestionar trámites o de realizar búsquedas, entre otros aspectos. 

A nivel de práctica profesional, la IA ha cambiado, o promete cambiar prácticamente todos los sectores, y por supuesto la Educación no es la excepción. Tal como lo explica la Dra. Andresa Sartor Harada, investigadora de VIU y docente de la Maestría Oficial en Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a Educación de la Universidad, “La IA tiene el potencial de transformar la educación, haciéndola más accesible a todos. También hace la educación más inclusiva porque personaliza el aprendizaje, según las necesidades de los estudiantes”. Gracias a esto, señala “puede ayudar en gran medida tanto a la detección, como al aprendizaje de aquellos niños y personas que tienen alguna necesidad de educación especial”.

Según expone la Dra. Sartor Harada, “actualmente esta tecnología permite identificar, de forma temprana, dificultades de aprendizaje, que pueden sugerir programas de intervención personalizados. Ya que facilita la accesibilidad mediante reconocimiento de voz, en las adaptaciones de texto y en las traducciones automáticas cuando es necesario, entre otros usos”, ofreciendo un potencial enorme para impulsar la inclusión educativa, y la efectividad de las iniciativas e intervenciones que los y las docentes adopten e implemente con este objetivo, gracias a que la IA también “permite analizar datos de rendimiento y participación de los estudiantes y ofrecer informaciones valiosas sobre qué está funcionando en el aula y qué no”.

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Sin embargo, recalca la experta de VIU, su implementación en las aulas debe ser cuidadosamente planificada y supervisada, que resumen en cinco aspectos clave:

“En primer lugar, es fundamental implementar fuertes medidas de seguridad y privacidad en el uso de la IA. En segundo lugar, hay que tener el consentimiento explícito de los padres o tutores para la recopilación y uso de datos de menores. El tercer aspecto esencial es que se tienen que establecer políticas claras sobre quién puede acceder a los datos y para qué fines. La cuarta medida que hay que adoptar son las auditorías de seguridad, que son esenciales en el uso de las herramientas de IA. En quinto y último lugar, hay que capacitar a los docentes y administradores en las prácticas de ciberseguridad para prevenir y responder a las posibles brechas de datos”

Otro aspecto fundamental en que hace hincapié la Dra. Sartor Harada es en la necesidad de formarse de manera constante de los y las docentes en temas relacionados con este ámbito, “los y las docentes debemos mantenerse actualizados, a través de la investigación y las mejores prácticas en el uso de la inteligencia artificial en la educación, para poder ser capaces de implementar mejoras continuas”.

En este sentido, también señala la necesidad de que las instituciones educativas sean protagonistas de este proceso, llevando a cabo medidas como “capacitar a los docentes y administradores en el uso de la IA. También deben involucrar a toda la comunidad educativa, incluyendo a los estudiantes y a sus padres para asegurar una implementación exitosa y la aceptación del uso de la IA. Además, hay que evaluar y seleccionar tecnologías que se adapten a las necesidades de todos los estudiantes, especialmente a aquellos con discapacidades. Es algo crucial por parte de las escuelas. Finalmente, deben crear políticas claras que marquen un uso ético y responsable de la IA en todo el entorno educativo”

La visión del potencial de la Inteligencia Artificial aplicado a la educación, es compartido por otro experto de VIU, el Dr. Francisco Javier Tortajada Blanca, Coordinador del Pregrado en Educación Infantil y docente de la Universidad. El Dr. Tortajada Blanca, ejemplifica este potencial en una herramienta específica “Copilot es una buena herramienta en el aula porque utiliza inteligencia artificial (IA) para asistir al profesorado en diversas tareas educativas, incluyendo la creación de casos prácticos y rúbricas de evaluación. Además, promueve la personalización del proceso, adaptándose a las necesidades del profesorado y ayudando en la gestión del tiempo y recursos”.

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Además, explica “introduce un enfoque más dinámico y personalizado al sistema de evaluación y enseñanza-aprendizaje. Facilita la creación de recursos educativos adaptados a las necesidades del alumnado y permite la generación automática de casos prácticos y rúbricas de evaluación, lo que mejora la objetividad y consistencia en la evaluación”.

Sin embargo, coincide plenamente con la Dra. Sartor Harada en señalar la importancia de la formación del profesorado, para poder aprovechar realmente esta tecnología. “La formación del profesorado es necesaria, incluyendo tanto el manejo técnico de la herramienta como la integración pedagógica en el currículo. Además, es necesario fomentar una nueva mentalidad educativa que valore la colaboración entre personas y máquinas, así como la creatividad, sin dejar de lado el pensamiento crítico que solo posee el ser humano. Esto puede lograrse mediante programas de desarrollo profesional continuo que capacite al profesorado en el uso efectivo de la IA en el aula y promuevan una cultura de innovación y adaptación constante”. En este sentido, recalca que “es fundamental superar barreras como la accesibilidad tecnológica y proporcionar una capacitación adecuada a los y las docentes”

Finalmente, como conclusión, el Dr. Tortajada Blanca, indica que “aunque herramientas como Copilot están ganando popularidad, no se utilizan de manera generalizada en todas las instituciones educativas. Es muy importante que el profesorado reconozca los beneficios pedagógicos de estas herramientas y estén dispuestos a adaptar sus métodos de enseñanza para integrar la tecnología de manera efectiva. Herramientas como esta pueden mejorar significativamente la eficiencia y la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, al ofrecer sugerencias instantáneas y facilitar la generación de ideas creativas”.

Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.