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Ciencias de la Salud

Trastornos alimenticios y medios de comunicación: en el problema está la solución

Equipo de Expertos en Ciencias de la Salud

Los trastornos alimenticios son enfermedades mentales que provocan en quien los padece una relación patológica con la alimentación y con la forma y el peso de su propio cuerpo. Implican importantes riesgos físicos y psicológicos, siendo uno de los trastornos mentales con mayor tasa de mortalidad. Aunque los datos varían mucho, debido a la influencia de la cultura en este trastorno, se supone que a nivel global entre el 0.9% y 2% de las mujeres desarrollarán anorexia, mientras que en los hombres estas cifras oscilan entre 0.1%-03%. La bulimia se estima que afectará entre el 1.1% y el 6% de las mujeres, mientras que en los hombres las cifras son mucho menores, con estimados que van del 0.1% al 0.5%.  

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¿Cuáles son los principales trastornos alimenticios?

Existen varios tipos de trastornos alimenticios, técnicamente denominados trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Entre los más conocidos están:

  • Anorexia nerviosa: se manifiesta por un miedo obsesivo a ganar peso y una distorsión de la imagen corporal que lleva a la persona a privarse de ingerir alimentos. Como consecuencia disminuye notablemente de peso, llegando a poner en riesgo su vida.
  • Bulimia nerviosa: las personas con este trastorno suelen realizar ingestas compulsivas de comida que luego intentan compensar con otras conductas, como provocarse el vómito o realizar deporte de forma excesiva. Al igual que las personas con anorexia, las personas con bulimia tienen una preocupación desmedida por la forma y el peso de su cuerpo.
  • Trastorno por atracón: al igual que la bulimia, la persona con un trastorno por atracón tiene episodios repetidos de ingesta descontrolada de grandes cantidades de alimento. Al contrario de la bulimia, en este trastorno no se da la conducta compensatoria, como vomitar. En estas personas es común el sobrepeso.

¿Realmente influyen los medios de comunicación en la génesis de los trastornos alimenticios?

Sí. La respuesta no puede ser más directa y clara. La investigación científica tampoco. Los medios de comunicación no son la causa de los trastornos de alimentación, pero tienen un impacto muy significativo. No nos detendremos a hablar de los estereotipos físicos que nos han vendido durante décadas, están ahí y todos los conocen.

Vamos a detenernos a hablar sobre lo que ha encontrado la ciencia. Varios estudios han hallado que existe una correlación entre la exposición a imágenes de personas delgadas y la insatisfacción con el propio cuerpo y los trastornos alimenticios entre las mujeres. Son estas las más afectadas por la influencia de los medios, aunque los hombres no son inmunes. De hecho, la proyección del ideal masculino como un hombre musculado parece contribuir también a la insatisfacción con el cuerpo entre los hombres.

Un estudio muy conocido realizado en las islas Fiyi (Becker et al., 2011) tuvo la oportunidad de investigar durante años la influencia de la introducción masiva de la televisión en los trastornos de la alimentación. Estudiaron a un grupo de adolescentes que residía en un territorio en el que antes de 1995 no había llegado la televisión. Después de tres años, los investigadores constataron que muchos indicadores de trastornos alimenticios habían aumentado entre los adolescentes. Esto fue más notable aún si se tiene en cuenta que culturalmente en Fiyi están más aceptados los cuerpos robustos.

Desde el problema nace la solución

En la actualidad la exposición a imágenes ideales se ha multiplicado gracias a Internet y las redes sociales que tienen en la visualidad su mayor gancho. Son tristemente conocidas algunas webs que promueven la anorexia y la bulimia, las llamada Pro-Ana y Pro-Mia, que en España no están prohibidas, pero en otros países, como Francia, sí. Precisamente el país galo ha sido pionero en prohibir desfilar a modelos excesivamente delgadas, que tampoco pueden aparecer en las revistas.

Las profesionales de esta área necesitan un certificado médico que acredite que su índice de masa corporal es compatible con su profesión. Se ha encontrado que en algunos grupos minoritarios estadounidenses expuestos a la influencia de cadenas de televisión propias, como los latinos y los afroamericanos, existe una menor incidencia de trastornos de alimentación.

En los medios está parte del problema, pero evidentemente también la solución. Poco a poco se han ido levantando voces a favor de la diversidad corporal y las modelos de tallas grandes son más conocidas. Se empieza a vislumbrar cierto cambio de tendencia hacia la necesidad de un cuerpo sano, más allá del peso o figura que se tenga. Todavía falta mucho por avanzar, pero el futuro debe traer cambios positivos en este sentido. Y sí, seguramente gracias, en parte, a los medios.  

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