Dr. Aarón Fernández del Olmo: “El reto está en que las innovaciones en neurociencia del lenguaje no se queden en los laboratorios, sino que lleguen a quienes más lo necesitan”

Este pasado 25 y 26 de septiembre, la Cátedra VIU-NED sobre Neurociencia Global y Cambio Social celebró sus IV Jornadas. El acto, declarado de interés sanitario por la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Comunidad Valenciana, contó con la participación de destacados profesionales del campo de la Neurociencia; y uno de los que más interés despertó con su intervención, fue el Dr. Aarón Fernández del Olmo, encargado de impartir la ponencia inaugural.

El Dr. Fernández del Olmo es Neuropsicólogo clínico acreditado (CNAP) y Coordinador del área de Neuropsicología en el centro Segura Psicólogos. En su ponencia abordó la importancia de entender el lenguaje no como una función aislada, sino como un conjunto de procesos interconectados en redes cerebrales, con implicaciones directas para la evaluación y la rehabilitación tras un daño cerebral o en procesos neurodegenerativos.

Para conocer un poco más acerca de los temas que trató en su intervención y sobre su experiencia y visión sobre este ámbito, nos pusimos en contacto con él. 

¿Cuándo y por qué te interesaste por el abordaje neuropsicológico del lenguaje?

Me empecé a interesar por el lenguaje a raíz de comenzar a trabajar en una asociación de familiares de pacientes con daño cerebral. Además, específicamente, una asociación dedicada a las afasias. Por ello tuve que evaluar y tratar a muchas personas que habían perdido el lenguaje a causa de un daño cerebral, la mayoría de las veces vascular. Eso hizo que al ver casos tan variados no me encajara el modelo clásico del lenguaje que trata de describir las afasias y descubriera la cantidad de estudios e investigadores que ya hablaban en ese momento de modelos de redes del lenguaje y de procesos cognitivos que debían tenerse en cuenta en la evaluación y en la rehabilitación. 

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El Dr. Fernández del Olmo durante su ponencia en las Jornadas

En la ponencia inaugural que impartiste para la Cátedra VIU-NED mencionaste que debemos pasar de hablar de “lenguaje en general” a procesos específicos como articulación, gramática o fonología. ¿Qué impacto tiene este cambio de perspectiva en la práctica clínica?

Un enorme impacto. Muchas veces se cae en el error de pensar que debemos tratar la etiqueta que representa al paciente. No es raro escuchar un “¿tienes algún material para trabajar una afasia de Broca?” pero lo cierto es que la existencia de tantos procesos relacionados con la expresión, unido a las compensaciones y otras variables hacen que en esas etiquetas se difuminen los procesos afectados. Así, haciendo una evaluación basada en procesos podemos tener un mejor conocimiento de las alteraciones que afectan al lenguaje y crear un programa de rehabilitación más ajustado y que ayude mejor a la funcionalidad de la persona en el día a día. 

También subrayaste que en pacientes con capacidad de recuperación es clave ofrecer “pistas” y entrenar caminos para recuperar palabras y estructuras. ¿Podrías explicar cómo se traduce esto en la terapia?

En muchos casos, al entender en profundidad los diferentes procesos puedes entender en qué punto puede fallar cada uno de ellos. En el caso por ejemplo de la denominación y la capacidad de acceso al léxico, hay muchas formas en las que puede verse afectado este proceso. Desde problemas en la propia recuperación, como un “borrado” de palabras o incluso problemas para construir la palabra. Si atendemos a esos problemas, en muchos casos la persona puede tener pequeños “rastros” de esa palabra que quiere recuperar. Algunas personas son capaces al menos de recordar algunas letras iniciales, otras pueden por error decir palabras diferentes a las que querían decir, pero con mucha cercanía. Eso nos puede permitir crear estrategias que puedan funcionar para cada persona y para compensar con la memoria, o con esos restos la búsqueda de esas palabras.

En otro punto de la ponencia, comparaste la recuperación tras una lesión abrupta, como un ictus, con la evolución degenerativa de una afasia progresiva. En este sentido, ¿cuáles son las principales diferencias a la hora de intervenir?

Pues el pronóstico claro. Muchas veces nos olvidamos de que nuestra evaluación nos puede dar pistas sobre la evolución que va a tener la persona. Y muchas veces encontramos el gran contraste entre las enfermedades degenerativas y los daños adquiridos en cuanto al curso. En las enfermedades degenerativas nos enfrentamos a una pérdida progresiva y la estimulación busca mantener la mayor funcionalidad posible. En el daño cerebral adquirido nos encontramos con el caso de una lesión que cambia completamente el funcionamiento cognitivo de la persona de un día para otro y hay que tratar de ayudar a reconstruir ese funcionamiento y adaptación, muchas veces contando con un cerebro que va a hacer una serie de procesos de recuperación que debemos aprovechar. 

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De izq a der: El Dr. Aarón Fernández del Olmo; el Dr. José Piquer Martínez, director de la Fundación NED; la Dra. Mª José García Rubio, docente e investigadora de VIU y codirectora de la Cátedra VIU-NED; y el Dr. Rubén Rodríguez Mena, codirector de la Cátedra VIU-NED

Uno de los ejes de estas Jornadas fue la transferencia de conocimiento a contextos con menos recursos. ¿Qué aprendizajes de la neuropsicología del lenguaje consideras más aplicables en estos entornos?

Creo que la idea viene del propio padre de la neuropsiclogía, Alexander Luria. Dentro de la psicología que planteaban él y Vigotsky se tenía muy en cuenta en planteamiento socio cultural y como al final el origen de los procesos psicológicos tienen una componente cultural y social. A partir de esto, entender que diferentes entornos culturales van a tener diferentes necesidades de evaluación y funcionamiento se convierte en algo vital. Por ello no se puede caer en el error de europeizar u occidentalizar las pruebas neuropsicológicas porque no van a captar correctamente las especificidades de cada cultura y entorno, algo que he tenido la suerte de ver en algunos viajes que he realizado por latino américa. Se necesitan adaptaciones de muchas pruebas para que la evaluación sea consistente y arroje el real resultado en culturas diferentes.

Por último y con la mirada en el futuro, ¿qué avances esperas que transformen la rehabilitación del lenguaje?

Seguramente sonará muy repetitivo, pero la inteligencia Artificial va a ser clave. Hace poco hemos visto como usando una interfaz cerebro máquina, una IA ha podido ayudar a convertir las señales del cerebro de una mujer que había dejado de hablar durante años por un ictus en datos que un ordenador interpretaba: la mujer pudo escuchar su voz a través de una pantalla. Así, con la IA contamos con la forma de encontrar maneras de entender la activación cerebral y eso va a ser útil a nivel diagnóstico y de rehabilitación. En esos puntos la neuropsicología va a jugar un papel fundamental para entender qué estamos haciendo con esa IA o dirigirla hacia targets más adecuados. 

La participación de Aarón Fernández del Olmo en las IV Jornadas de la Cátedra VIU-NED ha puesto de relieve la necesidad de repensar la neuropsicología del lenguaje en clave de redes y procesos específicos, reforzando la importancia de la transferencia de este conocimiento a la práctica clínica y a contextos con recursos limitados. Su visión, en la que la investigación se conecta de manera directa con el impacto social, refleja el espíritu de unas Jornadas que buscan precisamente tender puentes entre la neurociencia global y el cambio social.