
¿Qué es la valorización de residuos y cuál es su proyección profesional?
La valorización de residuos se ha convertido en un pilar fundamental para construir un modelo de desarrollo más sostenible y eficiente. Este proceso no solo busca reducir el impacto ambiental de los desechos, sino que también se enfoca en transformarlos en recursos útiles; principalmente, energía, materiales reciclables o productos con valor añadido.
En un contexto global marcado por el cambio climático, el crecimiento demográfico y la escasez de recursos, la gestión inteligente de los residuos representa una oportunidad clave para impulsar la economía circular.
Es lógico, por ello, que los profesionales bien capacitados en esta disciplina sean cada vez más demandados por industrias, administraciones públicas y organismos internacionales comprometidos con la sostenibilidad.
Pero, ¿sabes cuál es el objetivo principal de la valorización de residuos, qué tipos hay o cómo se aplica? En el panorama actual dominado por el consumismo y la producción desmedida, estamos asistiendo a una revolución silenciosa que permitirá transformar los residuos en recursos.
¿Qué es un residuo? Concepto y naturaleza
El punto de partida para entender esta realidad y sus aplicaciones es: ¿Qué objeto se puede considerar un residuo? En términos generales, es un material que debe cumplir dos premisas:
- Se genera a partir de la actividad humana.
- Se considera desechable.
Es lo que coloquialmente consideramos como basura. Por lo tanto, se trata de un espectro muy heterogéneo, ya que engloba desde botellas de plástico hasta cartones de leche o desperdicios de comida.
En la actualidad, como consecuencia de la ingente producción de desechos, su gestión y procesamiento requieren de intervenciones profesionales capaces de abordar la cuestión desde una perspectiva integral. Esto ha provocado una demanda creciente de personas formadas en la materia, preparadas para trabajar en distintos puntos de la cadena de gestión, reciclaje y valorización.
Características de los residuos
Con el fin de acotar un poco más este término, te conviene conocer qué atributos comparten todos estos residuos:
- Resulta inservible para la finalidad con la que fue pensado.
- En algunos casos, puede ser reciclado y en otros no.
- Puede tener valor económico y utilidad, incluso después de haber cumplido su ciclo de vida inicial.
- Es susceptible de clasificación, reutilización, recuperación y reciclaje.
¿En qué consiste la gestión de residuos?
Antes de profundizar en el concepto de valorización, debe saber que la gestión de residuos tiene que ver con el conjunto de acciones para la clasificación, reutilización y tratamiento de basuras.
Su objetivo es que los residuos causen el menor perjuicio posible al medioambiente. A la vez, los recursos han de optimizarse para realizar todos los procesos aparejados a dicho proceso. Así, la valorización es una de las fórmulas de gestión posibles.
Existen muchos tipos de tratamiento de residuos y su gestión está sujeta en España a la ley de 2022 sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular. Este sector está siendo objeto de una progresiva profesionalización. Así, la figura del responsable integral de gestión de residuos tiene una importancia crucial por las implicaciones medioambientales, económicas y sociales de su labor.
No es de extrañar, por ello, que cada día más personas se formen en estas especialidades, dadas sus buenas perspectivas profesionales y la contribución positiva que se hace a la sociedad.
¿Qué es la valorización de residuos?
La directiva europea 2008/98/CE, de 19 de noviembre, en el marco del modelo de residuo cero, define claramente este concepto. Además, la Ley 7/2022, de 8 de abril —a la que ya hemos aludido— refiere la valorización energética en el marco de una economía circular.
¿En qué consiste? Básicamente, en acometer acciones encaminadas a lograr el máximo aprovechamiento de los desechos, de manera que produzcan algún beneficio económico, medioambiental o social. El objetivo ideal sería que cada desperdicio se reintrodujera en la cadena con una nueva utilidad, aunque hasta ahora no se ha logrado.
La UE exige un 55 % de reutilización y reciclaje de residuos para 2025 que, además, habrá de aumentar hasta el 65 % una década después. Por tanto, hay mucho margen de mejora para revalorizar de forma productiva, así como muchísima demanda presente y futura de profesionales cualificados.
¿Qué tipo de residuos se valorizan?
En realidad, todos ellos se pueden revalorizar de alguna manera, ya sea total o parcialmente. En términos generales, es factible hacerlo con cuantos, no siendo peligrosos para la salud o el medioambiente, se pueden reciclar o recuperar para otras utilidades. Entre los materiales susceptibles de ser valorizados se encuentran los siguientes:
- Residuos orgánicos.
- Plásticos.
- Vidrio.
- Metales.
- Papel.
- Madera.
- Componentes electrónicos.
- Residuos orgánicos.
¿Cómo se valoriza el residuo generado?
Hay múltiples ejemplos de cómo se llevan a cabo estos procesos de valorización de residuos. Cada uno se aplica en función de la naturaleza del residuo y de los recursos empleados para valorizarlo.
Recuerda: la valorización de residuos es el proceso mediante el cual los desechos generados por actividades humanas son transformados en recursos útiles, evitando su destino final en vertederos. En la práctica, existen dos grandes categorías:
- Valorización material. Consiste en recuperar componentes o materias primas del residuo para reutilizarlos en nuevos procesos productivos. Un ejemplo es el reciclaje de plásticos, metales o papel en el que, tras un tratamiento adecuado, son devueltos al ciclo industrial.
- Valorización energética. Convierte los residuos en fuentes de energía, mediante procesos como la incineración con recuperación de calor, la digestión anaerobia o la producción de biogás a partir de residuos orgánicos.
La elección del tipo de valorización depende de las características del residuo; sobre todo, composición, contenido energético, grado de peligrosidad y facilidad de separación. Así, ciertos residuos orgánicos (restos de alimentos o podas vegetales) son aptos para compostaje o producción de biogás. Por su parte, los residuos plásticos no biodegradables son potencialmente válidos para reciclaje e incineración controlada.
Para hacer una buena valorización, hay que asegurar:
- Clasificación eficiente en origen.
- Tecnologías especializadas.
- Marcos normativos que fomenten este desarrollo.
¿Qué tipos de valorización de residuos existen?
Hay dos estrategias principales para llevar a cabo estos procesos de aprovechamiento y puesta en valor de materiales de desecho. Estas son las que siguen.
- Estrategia energética. Consiste en la transformación en energía de aquellos residuos que no se pueden reciclar. El objetivo es crear fuentes alternativas o renovables, como el biometano o biogás.
- Estrategia de residuos sólidos. Se basa en utilizar materiales de desecho de papel, vidrio o plástico, por ejemplo. Su factor común es que son sólidos, pero no peligrosos. Así, se transforman en materias primas, por lo que acaban reincorporándose al proceso productivo y el ciclo de la economía circular. Con ello, se evita tener que recurrir a la extracción de nuevas materias primas de la naturaleza. ¿El resultado? Se frena la sobreexplotación del planeta y se contribuye a la sostenibilidad medioambiental.

¿Cuáles son los beneficios de la valorización de residuos?
Como estamos viendo, existen importantes ventajas en este tipo de actuaciones, que pueden dividirse en tres bloques principales.
1. Ámbito medioambiental
El impacto positivo se traduce en:
- Reducción de la sobreexplotación de los recursos naturales.
- Impulso al uso de las energías renovables y alternativas.
- Reducción de la cantidad de basuras en los vertederos.
- Minimización de la generación de materiales contaminantes, como gases o líquidos.
- Lucha contra la contaminación y el cambio climático.
2. Ámbito económico
Las anteriores consecuencias tienen una repercusión, ya sea directa o indirecta, en la economía. Benefician tanto en términos empresariales como a la economía global. Estas son algunas de las ventajas de este tipo:
- Impulso a modelos económicos sostenibles y respetuosos con el medioambiente.
- Generación de puestos de trabajo ligados a la gestión y valorización.
- Reducción del gasto empresarial en la compra de nuevos materiales.
- Aumento de la autonomía energética y disminución de la dependencia de terceros.
3. Ámbito social
Las personas, de forma individual y como sociedad, también se ven beneficiadas. Se produce una mejora de su calidad de vida como consecuencia de este enfoque sostenible y respetuoso con la naturaleza. Ejemplos de ello son:
- Se aseguran los suministros energéticos en condiciones justas y sostenibles.
- Mejora la calidad y la esperanza de vida de la ciudadanía.
- Aumenta la justicia social derivada de un modelo más igualitario y equilibrado.
¿Existen los residuos no valorizables?
Son aquellos cuyo reciclaje o recuperación resulta complicado o demasiado caro, por lo que suelen acabar en el vertedero. La normativa obliga a supervisar las operaciones para su eliminación, aplicando medidas que contemplen el cuidado de la salud y el medioambiente.
Pese a todo, este campo es objeto de una innovación constante. Cada vez son más las soluciones para aplicar procesos capaces de transformar estos desechos; por ejemplo, en fuentes de energía limpia.
Tratamiento de residuos: un largo proceso histórico
Aunque te parezca lo contrario, el origen de la valorización de residuos no es, para nada, reciente. En realidad, la gestión de residuos en sí surge hace miles de años, desde que los seres humanos se organizan en comunidades sedentarias. De hecho, se puede datar el comienzo de este proceso en el Neolítico.
Progresivamente, las necesidades fueron aumentando en las grandes civilizaciones antiguas, como Mesopotamia, Egipto o Roma. Es entonces cuando se registraron los primeros basureros, aunque se localizaban a grandes distancias de las ciudades.
Por otra parte, las primeras ordenanzas relacionadas con la gestión de desechos se fechan en la baja Edad Media, durante el siglo XIII. Su objetivo era muy concreto: evitar que los malos olores se extendieran por las ciudades.
Con la Revolución Industrial, surgió un nuevo modelo de producción y consumo que incrementó los residuos y sus tipos, como consecuencia de la introducción de los plásticos, los productos químicos y otros elementos significativos.
Desde entonces y hasta la actualidad, cada vez se está haciendo más palpable y considerado el problema de la generación y el tratamiento de basuras.
En definitiva, la valorización de residuos es una constante en la historia de la humanidad que, ahora, está alcanzando su cénit en valoración, recursos asignados e importancia. Por ello, no solo supone una magnífica oportunidad para avanzar en la consecución de un mundo más sostenible, equilibrado y justo.
El Máster en Economía Circular y Desarrollo Sostenible de VIU te ofrece una formación integral y actualizada, orientada a formar expertos capaces de liderar proyectos innovadores en gestión y recuperación de residuos. Esta especialización ofrece oportunidades profesionales en sectores estratégicos, al tiempo que fomenta un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en la sociedad.

