Síndrome del impostor
Psicologia

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es más común de lo que se cree. Según la doctora y académica mexicana Laura Barrientos Nicolás, 1 de cada 7 personas en el mundo lo ha sufrido al menos una vez en la vida. Celebridades de la talla de Emma Watson, Michelle Obama y Howard Schultz lo han padecido, sin ser impostores en absoluto. Pero ¿de qué trata este padecimiento? ¿Cómo afecta a las personas que lo sufren? ¿Cuáles son los métodos y tratamientos que proponen los profesionales de la salud mental? En este post, vemos todo lo relacionado con este interesante concepto.

¿Qué es el síndrome del impostor?

Este término fue acuñado en 1978 por las psicólogas clínicas Suzanne Imes y Pauline Clance. Ese año publicaron su famoso paper The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention.  

Este síndrome corresponde a un cuadro psicológico que incapacita al que lo padece de atribuirse habilidades y logros. En este sentido, las personas que lo sufren  le otorgan el éxito de su desempeño a causas externas, como la suerte o la participación de terceros 

El síndrome del impostor se basa en inseguridades que no se fundamentan en los hechos objetivos ni en la realidad palpable. Se construye a partir de un conjunto de creencias erróneas que tienen estas personas sobre sí mismas. Dichas creencias tienen que ver con la percepción constante de que son un fraude y que los demás pueden darse cuenta de ello en cualquier momento.
 

En suma, este cuadro se relaciona con un problema profundo de inseguridad e insatisfacción, y es más común de lo que se cree. Cerca del 75 % de las personas entre los 18 y 34 años lo ha sufrido en alguna oportunidad. Sin embargo, las personas mayores de 45 lo sufren en un menor porcentaje.

Ahora que ya sabemos qué es el síndrome del impostor, pasemos a conocer sus causas y síntomas, y lo que sienten las personas que lo padecen.

¿Qué es lo que siente una persona que sufre este síndrome?

Las personas que sufren este síndrome psicológico suelen tener emociones parecidas. Normalmente sienten  un malestar general con el propio desempeño, y también experimentan lo siguiente:

  • Miedo a ser considerado un impostor en su materia de interés.
  • Frustración al no ser capaz de disfrutar de los logros personales, ya que los considera producto de causas ajenas a sí mismo, fortuitos.
  • Culpa por la creencia de que se engaña a la gente con la que se relaciona laboralmente (jefes, clientes, alumnos, pacientes, público...). 
  •  Constante sensación de que no se merece estar donde está y que cualquiera podría hacer lo mismo, y además mucho mejor. 
  • Ansiedad persistente que se manifiesta en cada una de las acciones que lleva a cabo.

¿Qué causa el síndrome del impostor?

  • En el estudio de Imes y Clance (1978) anteriormente mencionado se reflexiona sobre qué causa el síndrome del impostor. La gran mayoría de casos derivan de problemas psicológicos profundos que tienen su origen en la infancia. Las principales razones que lo explican son: Baja autoestima. Los mensajes negativos, la ridiculización del aspecto, los abusos y el mal ambiente familiar pueden derivar en baja autoestima. Una mala autopercepción también puede devenir en este síndrome en los años de desarrollo profesional.
  • Haber sido excesivamente criticado durante la infancia. Este punto se relaciona con el anterior. El feedback que recibe una persona durante su infancia repercute directamente en su seguridad para afrontar desafíos y desarrollar aptitudes.
  • Tener un historial académico que no destaca sobre el resto. Aunque esta razón se halle un poco más justificada, ser un estudiante promedio no significa necesariamente ser un profesional promedio. Sin embargo, muchas personas que no destacaron en su etapa de formación profesional sienten que no tienen las capacidades para desempeñar un cargo asociado.
  • Tener altos niveles de perfeccionismo y autoexigencia.  Aunque ser exigente con uno mismo y tener altos estándares es positivo, si es demasiado  puede transformarse en una carga difícil de llevar. Además,  tampoco es saludable pensar que tenemos que llegar a un nivel de excelencia todo el tiempo, ya que loserrores humanos son comunes. Las personas con alto niveles de autoexigencia suelen pensar que lo que hacen nunca es suficiente.

¿Cómo superar el síndrome del impostor?

Superar el síndrome del impostor  no es sencillo. Requiere de mucho esfuerzo, constancia y la repetición de prácticas y hábitos durante un largo periodo. Lo más importante es ponerse a trabajar cuanto antes, , para ver resultados al medio y largo plazo.

Lo primero es identificar las emociones relacionadas. Es decir, sentimientos y trastornos como la frustración, la incapacidad de sentir satisfacción, el miedo al ridículo, etcétera. En este sentido, un psicólogo clínico puede ser de mucha ayuda para identificar dichas afecciones.

En segunda instancia, es primordial no compararse con el desempeño y la productividad de otros,  ya sean triunfos o derrotas. La constante comparativa facilita el encontrar puntos débiles en nuestro propio desempeño, disparando episodios de inseguridad.  Este sentimiento emana de la idea de que no eres lo suficientemente bueno para llegar a cierto estándar.

En tercer lugar, es crucial conocer tus aptitudes, habilidades y puntos fuertes, para reforzarlos y apreciar tus propios méritos. En este sentido, un autoanálisis para identificar lo que haces bien cobra especial relevancia para cimentar bases sólidas.

En cuarto lugar, tener una perspectiva realista sobre lo que puedes hacer, y lo que no. De este modo, podrás comenzar a dejar la negatividad de lado. Al mismo tiempo, hacer una lista con tus logros te reafirmará la creencia de que eres capaz de desarrollar proyectos y llevarlos a buen puerto. Analizar las metas que no pudiste lograr también te permitirá darte cuenta de que la realidad va más allá de las apreciaciones personales.

Otra práctica más que recomendable es recibir de buena gana las felicitaciones y los cumplidos por los logros alcanzados. Las personas que sufren este padecimiento suelen no verse complacidas con los elogios o las palabras de buena fe, discrepando siempre de las palabras ajenas positivas. Es crucial cambiar este pensamiento de insuficiencia y comenzar a recibir los buenos tratos con una mente abierta y satisfecha.

Por último, bajar el nivel de autoexigencia es vital para evitar la constante búsqueda del perfeccionismo. Para lograrlo, es necesario que entiendas que muchos de los detalles a los cuales les damos suma importancia no son realmente importantes para el resto. Lograr un nivel un poco por sobre el promedio es suficiente en la mayoría de los casos.

Problemas derivados

Este tormento puede derivar en problemas más profundos que la simple frustración o el miedo al fracaso. Dos de los problemas más comunes son el insomnio y la vigilia prolongada que no nos permite descansar bien por las noches. Estos problemas pueden pasar a mayores, ya que un descanso deficiente repercute directamente en el rendimiento físico y mental al día siguiente.

Si estos estados se prolongan durante mucho tiempo,  pueden derivar en una fatiga constante que no nos deja funcionar. Esto puede ser devastador para personas que sufren de este síndrome, ya que reafirma sus creencias de que son un fraude. En pocas palabras, puede transformarse en un fenómeno que crece y crece y que se hace imposible  de manejar por uno mismo

Carreras relacionadas

Existen algunas carreras que permiten estudiar este síndrome y plantear tratamientos relacionados. Entre las que destacan, hallamos las siguientes.

Grado en psicología

El grado en psicología es la carrera base para comprender los fenómenos psicológicos. Los estudiantes de esta carrera serán capaces  de desempeñarse en múltiples labores. Una de ellas es identificar cuadros clínicos y diagnosticar pacientes, como los que sufren el  sindrome del impostor.

Los psicólogos también pueden desempeñarse en otras funciones, como selección de personal, o realizar evaluaciones psicométricas de trabajadores. De este modo, se encuentran a cargo de determinar si los empleados tienen las condiciones para desempeñar un cargo específico.

Estos profesionales también pueden trabajar en instituciones sanitarias, como hospitales, clínicas, sanatorios, asilos, etcétera. Estas instituciones necesitan profesionales que brinden apoyo psicológico a los pacientes que sufren toda clase de enfermedades.

Máster en terapias psicológicas

El  máster en terapias psicológicas profundiza en los temas expuestos en el apartado anterior, y hace mayor énfasis  en terapias de tercera generación y en su práctica externa en centros sanitarios. En este sentido, la vertiente práctica es esencial para aprender a diagnosticar síndromes como el tratado en el presente post. También aborda los trastornos de ansiedad y la psicología de la depresión, que repercuten directamente en el padecimiento mencionado.

Los profesionales especializados en terapias psicológicas serán capaces de diagnosticar con más precisión síndromes similares. De este modo, podrán dar soluciones pertinentes y contribuir a la salud psicológica de los ciudadanos, tanto de manera pública como privada.


Si deseas profundizar en la pregunta, ¿cuál es el síndrome del impostor?, te invitamos a navegar por la web de la Universidad Internacional de Valencia. En nuestra plataforma descubrirás muchas carreras relacionadas con el estudio de este padecimiento y otros.