Vivimos situaciones estresantes todos los días, cuando nuestro jefe nos presiona, cuando un familiar enferma, cuando no sabemos qué decisión tomar, cuando queremos cambiar algo de nuestra vida y no sabemos de qué forma. Los ejercicios de relajación pueden ser una excelente solución para calmarnos y centrarnos y poder seguir adelante con energías renovadas.
Pasos a seguir para hacer ejercicios de relajación
Para que los ejercicios de relajación sean eficaces, es importante realizar una serie de pasos previos como los que te proponemos a continuación:
- Busca un lugar tranquilo en el que nadie te moleste y puedas concentrarte con facilidad. Si es posible en la naturaleza junto a los árboles o a alguna fuente de agua, mejor.
- Apaga los dispositivos electrónicos como el móvil o la tablet. Es importante que no haya ruidos que puedan interrumpir tu momento de relajación y de paz, y no pasa nada por apagar el móvil durante un rato.
- Practica los ejercicios de relajación tres veces al día. Puedes hacerlos al despertarte, a mediodía y antes de dormirte.
- Elige una posición cómoda, tumbado o sentado con los pies apoyados en el suelo.
Ejemplos de ejercicios de relajación
Para poder tranquilizarte en poco tiempo puedes practicar con los siguientes ejercicios:
- Respira para dejar que la tensión se vaya. Cuando nos sentimos estresados nuestras respiración es superficial y rápida, el objetivo de este ejercicio es calmarla. Concéntrate en tu respiración y aprende a controlarla. Imagina que cada vez que el aire sale de tu cuerpo se lleva todo tu estrés y ansiedad. Poco a poco respirarás de forma más lenta y más profunda.
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- Descubre el poder del tacto. Entrar en contacto con otras personas es una forma muy fácil de relajarte, pero no se trata de hacer una llamada y de hablar, se trata de abrazar fuerte a tu hijo o a tu pareja, de acariciar a tu perro o gato, de disfrutar de ese tacto y conectar con esa persona o ese animal para relajarnos.
- Céntrate en el aquí y el ahora. Es la técnica de mindfulness o atención plena. Puedes practicarla durante unos minutos, respirar profundamente como hemos visto en el primer ejercicio y observar tus pensamientos sin juzgar o intervenir, a la vez que escuchas o sientes lo que ocurre a tu alrededor.
- Céntrate e la visualización de imágenes relajantes. Cierra los ojos y piensa en algún lugar o momento que te relaje, un paseo por la playa en invierno, una ruta por la montaña entre bosques y lagos, una cascada… Céntrate en esa imagen y pon en marcha todos tus sentidos para disfrutarla, poco a poco tu cuerpo se irá relajando y tu respiración será más tranquila.
- Camina. La acción de caminar nos ayuda a activar nuestro cuerpo, a tranquilizarnos y a centrarnos en nosotros mismos, en nuestro interior. Deja que tus sensaciones fluyan, sin pararte o centrarte en ellas.
Relajarnos es fundamental en cualquier ámbito de nuestra vida para no dejarnos llevar por las situaciones estresantes de nuestro día a día y ser más felices.

Autor
Equipo de Expertos
Universidad Internacional de Valencia