Paz Velasco VIU
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Expertos VIU | Paz Velasco ¿Qué lleva a algunos delincuentes a grabar sus delitos?

A pesar de que ciertos comportamientos criminales parecen, en su esencia, atávicos (siendo el acto de matar a un ser humano un ejemplo arquetípico de crimen presente a lo largo de toda la historia de la humanidad); la forma de actuar de los criminales, de llevar a cabo sus actos, e incluso las motivaciones que los mueven a cometerlos, están íntimamente ligadas con el contexto histórico y social. A medida que cambian las sociedades, cambian también los comportamientos criminales, o por lo menos la manera en que son expresados.

Si por algo se caracteriza el período en que vivimos es por la permeación de la tecnología en todos los aspectos de la vida. Estamos acostumbrados a la inmediatez, a la accesibilidad de la información y a la omnipresencia de lo visual, de las imágenes y de los videos. Por eso no es de extrañar que cada vez sea más frecuente que existan delincuentes que no duden en grabar, fotografiar o transmitir en vivo sus crímenes, una conducta que en principio puede parecer totalmente contraintuitiva (¿Por qué querría alguien que va a cometer un crimen encargarse de crear evidencia sólida de su participación en él?) pero que, sin embargo, tiene distintas motivaciones, como nos explica Paz Velasco, abogada, criminóloga, vicepresidenta de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF) y docente de la Maestría Oficial en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género, en la de Criminología: Delincuencia y Victimología y en el Pregrado en Criminología y Ciencias de la Seguridad de VIU.

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Paz Velasco es vicepresidente del SECCIF y autora de dos exitosos libros

Una de las motivaciones más frecuentes para este tipo de comportamiento es la búsqueda de fama, reconocimiento y notoriedadbuscan salir del anonimato en que siempre han vivido, exponiendo y compartiendo sus crímenes ante miles o millones de espectadores. A partir de ese momento su acto les hace pasar a formar parte de la historia criminal de un país. Su nombre y apellido aparece en los medios de comunicación. Ahora la sociedad sabe quiénes son.” Explica Velasco.

Otra razón frecuente es la amplificación del placer criminal, “al ser conscientes de que su crimen tendrá una audiencia a la que aterrorizarán con sus actos, les resulta satisfactorio realizarlo. En ciertas ocasiones se tratan de videos intencionales con los que buscan generar miedo en la sociedad. Estas personas quieren destacar por su crueldad y falta de empatía en sus actos violentos.” Elabora la experta respecto a esta motivación.

“No podemos eludir que, si vemos un vídeo con ese contenido, estamos siendo testigos online de un delito y tenemos la responsabilidad de denunciarlo

A estas dos, se suma una tercera explicación para este comportamiento: la alimentación narcisista. La cual, elabora Velasco, se traduce en “vivir una fantasía pretenciosa que consiste en grabar su crimen para satisfacer su necesidad patológica de admiración. Son absolutamente conscientes de que muchas de las personas que vean ese vídeo, les idolatrarán por ser capaces de hacer lo que ellos solo se atreven a imaginar.”

Además, según expone la docente de VIU “es necesario destacar que el delincuente siempre es consciente de que lo que va a hacer, va a tener una duración y una repercusión temporal y que probablemente su crimen será visualizado por un número de espectadores en los que busca diferentes reacciones, ya sea aprobación, respecto o miedo.”

Respecto al qué debemos hacer, como usuarios de redes sociales y plataformas de subida de contenido, si nos encontramos con un vídeo o imagen que registre un hecho criminal, Velasco explica que “Como usuarios de Internet tenemos la responsabilidad de denunciar una conducta delictiva de la que somos conocedores y sobre todo denunciar ese vídeo en el que se ve de modo explícito una conducta delictiva violenta. No podemos eludir que, si vemos un vídeo con ese contenido, estamos siendo testigos online de un delito, de modo que no debemos difundirlo. Hay que denunciarlo para evitar que otros internautas vean y lo compartan pues se vulneran derechos fundamentales, como el derecho a la vida. Todos nosotros somos responsables de lo que compartimos en redes”.

Cabe recordar, que cuando hablamos de videos o imágenes de actos criminales, no se trata únicamente de asesinatos, robos o agresiones físicas o sexuales, sino también, por ejemplo, de material de carácter íntimo distribuido sin el consentimiento de alguna de las partes que figuran en él, un delito, por desgracia cada vez más frecuente y que resulta muy dañino, y que, como señala Velasco, tenemos la obligación de denunciar si somos testigos de él.

Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.