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Expertos VIU

Lorena Nieves Seoane, Dra. en Física y Directora Académica del Área de Ciencia y Tecnología en VIU “las niñas y adolescentes necesitan referentes que les muestren que los estereotipos negativos de la mujer en ciencia no son reales”

Emilio Vivallo-Ehijo

La Dra. Lorena Nieves Seoane es licenciada en Físicas por la Universidad de Vigo, Doctora en física por la Universidad de Valencia y Directora Académica del Área de Ciencia y Tecnología en la Universidad Internacional de Valencia-VIU, donde además ejerce como docente en el Máster Universitario de Astronomía y Astrofísica. Ha trabajado como investigadora en el Observatori Astronòmic de la Universitat de Valencia y su trabajo en la detección de objetos en el rango Infrarrojo Cercano, recogido en su tesis doctoral “ALHABRA KS-BAND SELECTED CATALOGUE” le valió el doctorarse Cum Laude.

Con ocasión del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, le pedimos que nos contestara una breve entrevista sobre su experiencia como científica y su visión sobre la representatividad y la infrarrepresentación de las mujeres en la ciencia.

¿Cuáles consideras que son las principales razones que explican la infrarrepresentación de las mujeres en carreras científico tecnológicas?

Creo que existen dos factores que pueden explicar esta infrarrepresentación de las mujeres, por un lado, tenemos el factor de que la entrada de la mujer en el ámbito universitario fue mucho más tardía que la de los hombres. A lo largo de gran parte del siglo XX, la presencia de las mujeres en las enseñanzas universitarias ha sido anecdótica. No sería hasta finales del siglo XX cuando se normaliza esta situación. Cuando la mujer empieza a tener una representatividad en las facultades, parece observarse una preferencia por ciertas áreas de conocimientos que están muy vinculadas a las tareas que de forma tradicional se le asignan a una mujer, i.e. cuidados de personas y enseñanza. Si vemos informes del número de alumnos/as por Licenciaturas/Grados de los últimos 20 años, veremos que las mujeres matriculadas en titulaciones como Farmacia, Medicina, Enfermería o Magisterio es mucho mayor que las matrículas de sus compañeros masculinos. Y aquí entra el segundo factor: parece que hay un sesgo educacional en el que se ve a la mujer como la cuidadora.

¿Qué papel juega la representatividad en la corrección de esta inequidad?

Es muy importante ya que, desde mi punto de vista, seguimos viendo a las mujeres con un rol de “madres protectoras y cuidadoras” muy enfocadas en los cuidados de la familia. Las niñas y adolescentes ven constantemente este referente en su entorno más cercano y sigue existiendo en la sociedad comportamientos que refuerzan este rol.

Pero en la última década ha habido un gran esfuerzo a través de las sociedades científicas y tecnológicas en cambiar este rol y se sigue observando que el problema persiste. En los últimos tres años, he podido comprobar en las charlas sobre mujer y ciencia que he impartido en centros de educación primaria y secundaria, que las niñas y adolescentes ven a las mujeres que trabajan en el ámbito científico y tecnológico como “frikis” o “bichos raros”. Llegan a utilizar frases del tipo “son mujeres que se pasan las 24 horas del día encerradas en un laboratorio”, “No tienen vida” o “No saben divertirse”. Este estereotipo está muy extendido, y sólo hay que ver las interpretaciones de los personajes de las mujeres científicas en series de televisión, películas o dibujos animados para entender por qué ven así a las mujeres en el ámbito científico-técnico. Las niñas y adolescentes en numerosas ocasiones han reconocido en estas charlas que esto hace que no vean atractivo dedicarse a una carrera científica, aunque les guste. El hecho de que vean que las mujeres que tenemos trabajos vinculados al ámbito científico técnico somos tan diversas como las mujeres que se dedican profesionalmente a la docencia, a la enfermería o a la medicina, ayuda a que nos vean realmente como un referente a seguir, descartando esa imagen estereotipada que creo que no se corresponde con la realidad.

¿Qué acciones crees que se pueden llevar a cabo, desde las instituciones públicas y privadas y el mundo académico, para incentivar la participación femenina en ciencia?

Desde mi punto de vista, lo más importante es dar visibilidad a la mujer. Y cuantas más mujeres vean que se dedican a esto, más diversidad podrán encontrar y más probabilidades existen de que se vean identificadas o que vean un referente al que se quieren parecer. Creo que lo ideal es que ellas nos vean como un ejemplo a seguir. Otra de las acciones que creo que es necesario llevar a cabo es la concienciación en el ámbito familiar, es decir, que esa visibilidad no se quede únicamente en un aula de secundaria y primaria, creo que sería muy enriquecedor hacer extensible esta visibilidad a padres, madres y docentes y advertirles de que de una manera inconsciente pueden influir en que sus hijas terminen por decantarse hacia titulaciones tradicionalmente asociadas a profesiones desempeñadas por una alta tasa de mujeres. Es fundamental que en ámbito familiar se evite hacer comentarios del tipo: “Eso es muy complicado” o “Mejor estudia esto, que es más sencillo”, … En mi propia experiencia he vivido situaciones en las que he oído esta frase disuasoria cuando he planteado en algunos foros hacer Física, mientras que a mis compañeros hombres se les planteaba como un reto personal con frases como “La carrera es muy difícil, pero seguro que lo sacas sin problema” o “Esfuérzate porque seguro que el trabajo que tendrás después será muy bueno”. La perspectiva entre una situación y otra cambia mucho.

¿Qué asociaciones o proyectos para visibilizar el papel femenino en la ciencia destacarías?

En la actualidad existen numerosas plataformas e instituciones que de manera activa trabajan para cambiar esta tendencia. La plataforma 11 de febrero España, 500 Women Scientist, Blogs como Mujeres Con Ciencia, diversas comisiones dentro de sociedades científicas (p.e. comisión La comisión de Mujer y Astronomía de la Sociedad Española de Astronomía). También se pueden destacar algunas iniciativas de medios de comunicación como la llevada a cabo en la plataforma de a3media “Constantes y Vitales” con el desarrollo de una base de datos de mujeres científicas. Por supuesto, desde centros de investigación y universidades existen asociaciones que trabajan de manera constante en dar visibilidad a las mujeres y también ofrecen charlas para visibilizar el problema, explicar a través de estudios en qué podemos mejorar para revertir esta situación y generar vocaciones entre las niñas y jóvenes.

¿Cómo ha sido tu experiencia personal en este respecto? ¿A qué edad decidiste que querías seguir una carrera científica? ¿Encontraste dificultades en algún momento del camino?

Yo tuve la suerte de contar con una familia que me ha apoyado muchísimo en cada paso que iba tomando desde que era una niña. A los 8 o 9 años descubría la astronomía, y mis padres contribuyeron a que mi interés por esta rama de conocimiento fuera incrementándose. En ningún momento me transmitieron que no estudiase ciencias, más bien lo contrario. Mi madre se informó del camino que debía seguir y a los 12 años sabía que tendría que estudiar física o matemáticas. Centré todos mis esfuerzos en hacerlo y mis profesoras y profesores conocían mis intenciones. Aquí quizás encontré los primeros comentarios del tipo “es muy complicado” o “¿estás segura?” y tengo que reconocer que cuando tu docente te plantea estas preguntas empiezas a tener ciertas inseguridades. Gastaba mi paga semanal en revistas de ciencias y también empecé a leer algunos libros sobre astronomía. Mi madre me regaló la colección de DVDs de Cosmos, la serie de Carl Sagan, y aunque fuera un referente masculino, me conquistó de inmediato.

Las dificultades las encontré cuando mis estudios se empezaron a especializar. Entonces comencé a encontrarme con que la mayoría de mis compañeros/as eran chicos y a veces tenía la sensación de no estar en el lugar correcto. Había comentarios del profesorado sobre la dificultad de estudiar una carrera de ingeniería, física o matemáticas. Cuando entré en la carrera fue incluso más complicado. Éramos del orden de 10 alumnas de 60 alumnos en total. Tengo que reconocer que estábamos en un ambiente claramente masculinizado. En el primer año de carrera solo teníamos 2 docentes mujeres frente a 10 docentes masculinos (incluidos profesores de prácticas). Esta situación era un poco complicada y en cierto punto hizo que me plantease si realmente estaba en mi lugar o si eso no era para mi. Además era un sentimiento compartido con mis compañeras. Finalmente decidí seguir hacia adelante y el resultado fue genial. Con el tiempo ves que todas aquellas sensaciones eran como una niebla que no te deja ver la realidad y es que mis capacidades como estudiante poco tenían que ver con ser mujer.

 

Para celebrar el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y revindicar la importancia de la representatividad femenina en ciencia, desde la Universidad Internacional de Valencia-VIU creamos la iniciativa 'Tu historia hace ciencia' donde pedíamos a científicas que le contaran a su yo de niña por qué valió la pena seguir sus sueños y seguir una carrera en ciencias. La convocatoria tuvo un gran éxito, y hemos recopilado algunos de los testimonios en el siguiente vídeo. ¡Te invitamos a darle play y compartirlo, porque la visibilidad importa y todos podemos hacer por aumentarla!

Vídeo testimonios 11 febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.