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Dra. María Antonia Parra-Rizo: neurocognición y envejecimiento, los avances que se avecinan

 

Según el Informe Mundial sobre la Demencia 2020, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 había 50 millones de personas con deterioro cognitivo en todo el mundo, una cifra que se estima aumentará hasta alcanzar los 82 millones en 2030 y los 152 millones en 2050. El informe explica que el aumento de la prevalencia de la demencia se debe al envejecimiento de la población; así, la prevalencia del deterioro cognitivo es del 10% en personas de 65 a 74 años, del 20% en personas de 75 a 84 años y del 30% en personas de 85 años o más. En 2020, el 8% de la población mundial tenía 65 años o más. Se espera que esta cifra aumente al 16% en 2030 y al 23% en 2050. Por lo tanto, no hay dudas de que resulta imprescindible avanzar en la investigación y desarrollo de tratamientos en el campo de la neurocognición y el envejecimiento, enfocándose no solo en el tratamiento de los problemas cognitivos existentes, sino, sobre todo, en la prevención de estos. La neuropsicología está llamada a tener un papel protagonista en esta misión, gracias a su potencial para identificar factores de riesgo y diseñar programas de promoción de la salud cognitiva.

Para conocer más sobre el futuro de este campo, nos pusimos en contacto con la Dra. María Antonia Parra-Rizo, doctora en Psicología de la Salud y docente e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Facultad de Ciencias de la Educación de VIU. La Dra. Parra-Rizo es experta en el estudio de la mejora de la calidad de vida de la población mayor; desde la perspectiva psicofísica, una línea de investigación que la ha llevado a estudiar el impacto que el estrés tiene en el deterioro cognitivo en la población mayor de 65 años.

¿Cuál es el papel que se espera que desempeñe la neuropsicología en la prevención y promoción de la salud cognitiva en el futuro?

La neuropsicología está destinada a desempeñar un papel fundamental en la identificación temprana de factores de riesgo cognitivo y en el diseño de programas para promover la salud mental. En lugar de abordar problemas cognitivos una vez que han surgido, estamos viendo un cambio hacia la prevención y la promoción de la salud cognitiva.

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Placas amiloides formándose entre neuronas

Neuronas dañadas y placas amiloides

¿Cómo se prevé que la neuropsicología identifique estos factores de riesgo de manera temprana?

La neuropsicología tiene herramientas de evaluación que pueden identificar sutiles cambios en la cognición antes de que se manifiesten como problemas clínicos. Se espera que estas evaluaciones se utilicen de manera más amplia en la población mayor como parte de exámenes de rutina. Además, la investigación está avanzando en la identificación de biomarcadores y señales tempranas que podrían indicar un mayor riesgo de problemas cognitivos en el futuro.

¿Cómo se diseñarán los programas de promoción de la salud cognitiva?

Los programas futuros probablemente se basarán en la comprensión de los factores de riesgo identificados. La personalización será clave. La neuropsicología permitirá desarrollar intervenciones adaptadas a las necesidades cognitivas individuales, teniendo en cuenta factores como el estilo de vida, la genética y la salud general. Estos programas podrían incluir ejercicios cognitivos específicos, cambios en la dieta, ejercicio físico y estrategias de manejo del estrés.

¿Cómo ve el equilibrio entre la intervención farmacológica y no farmacológica en este contexto?

La tendencia apunta hacia intervenciones no farmacológicas en la prevención y promoción de la salud cognitiva. Sin embargo, es crucial reconocer que cada individuo es único, y algunas personas pueden beneficiarse de enfoques farmacológicos. La neuropsicología ayudará a determinar la mejor combinación de intervenciones para cada persona, minimizando los riesgos y maximizando los beneficios.

¿Cómo se abordará la diversidad cultural en estos programas?

La diversidad cultural es un aspecto crítico a considerar. Los profesionales en neuropsicología se esforzarán por comprender y tener en cuenta las diferencias culturales en la presentación y la percepción de los problemas cognitivos. Los programas se adaptarán para ser culturalmente sensibles, reconociendo que las estrategias de promoción de la salud cognitiva deben ser inclusivas y respetar la diversidad de experiencias culturales.

¿Cómo ve la colaboración entre profesionales de la salud en este enfoque preventivo?

La colaboración interdisciplinaria será esencial. Trabajar en conjunto con médicos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y otros profesionales de la salud permitirá abordar de manera integral los factores de riesgo y diseñar programas de prevención más efectivos. La atención centrada en el paciente y la comunicación fluida entre los profesionales serán clave para el éxito de estos enfoques preventivos.

La neuropsicología y la promoción de la salud cognitiva son un campo en constante evolución con muchas posibilidades que ofrece para mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través de enfoques preventivos y personalizados.

Emilio Vivallo VIU
Emilio Vivallo-Ehijo

Equipo de Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia.