
El registrador de la propiedad: no una profesión emergente, pero sí de futuro
Una de las profesiones más desconocidas de nuestro país es la de registrador de la propiedad. No obstante, la mayoría de familias ha necesitado recurrir a esta figura al adquirir una casa. Sin duda, un sector con futuro y que resulta imprescindible para la compraventa de inmuebles. A continuación, daremos a conocer todas las claves acerca de este ámbito de estudio que, para muchos, resulta totalmente desconocido.
¿Qué es un registrador de la propiedad?
Se trata de un funcionario público que tiene el tratamiento de «señoría» y que trabaja para el Registro de la Propiedad. Su nombre completo es registrador de la propiedad, bienes muebles y mercantiles. Esto es importante recalcarlo, pues su ámbito de actuación corresponde cualquier tipo de bien inmobiliario que pueda ser objeto de compraventa.
De manera habitual, muchas personas se preguntan qué hace un registrador de la propiedad. En esencia, esta figura es muy versátil, pues desempeña numerosas funciones en el marco de su trabajo que se pueden clasificar en tres tipos, según el grado de responsabilidad o la interacción con el ciudadano.
Gestión de los registros de la propiedad, bienes muebles y mercantiles
Cada comunidad autónoma cuenta con distintas circunscripciones territoriales de registro de la propiedad. En este sentido, hay una institución equivalente que puede ejercer, a su vez, de órgano colegial. Dentro de estos, el profesional que nos ocupa se encarga de gestionar el archivo histórico, hacerse responsable de su cuidado y examinarlo cuando sea necesario.
Determinar la legalidad de documentos públicos
Ciertos documentos, como los de compraventa, requieren una base legal para ser llevados ante notario. El registrador es quien se encarga de comprobar que, en efecto, cuentan con esa legalidad. Para ello, debe acudir al registro físico y verificar la existencia de dicho inmueble o inscribirlo, en caso de que sea de nueva construcción.
Dar constancia y validez de actos celebrados
Cualquier acción inscrita en el registro adquiere la calificación de hecho público mediante la aprobación de esta profesional. Por otro lado, puede ejercer sus anotaciones y asientos en caso de demanda o embargos, con el fin de eliminar del archivo la propiedad de una persona sobre un determinado inmueble.
El registrador como clave para la legalidad en el mercado inmobiliario
De acuerdo con la legislación actual, la inscripción de un inmueble no es obligatoria en nuestro país. No obstante, su realización es completamente recomendable para reconocer su existencia y dotar de legalidad al proceso de compraventa. Por esta razón, muchas personas deciden recurrir al profesional que tratamos en este artículo.
Cabe destacar que, en caso de contratarse una hipoteca, sí es obligatorio efectuar la inscripción. En España, la mayoría de adquisiciones inmobiliarias se producen mediante esta vía de financiación. Por lo tanto, el volumen de trabajo que afrontan suele ser bastante elevado, lo que demuestra que sigue siendo una profesión de presente y futuro.
La seguridad jurídica del mercado inmobiliario no se podría comprender sin el papel del registrador. Cuando un determinado inmueble consta en un archivo, su propietario puede acogerse a esta protección legal. Esto le puede servir, por ejemplo, con el objetivo de venderlo, una de las causas más comunes de inscripción posterior.
¿Qué estudiar para ser registrador de la propiedad?
La base académica para acceder a este ámbito es el grado en Derecho. No en vano, esta formación se considera un requisito primordial debido al amplio contacto que estas personas poseen con documentos de naturaleza jurídica. Por su parte, deben acceder al Cuerpo de Aspirantes a Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles mediante oposiciones.
Obviamente, no debemos olvidar que se trata de un funcionario público. Por ello, hay dos claves que se deben tener en cuenta y que pueden resultar excluyentes a la hora de acceder a esta profesión:
- Ser considerado como inadecuado para trabajar en la Administración Pública con un expediente disciplinario.
- Haber sido declarado como incapaz por la Ley Hipotecaria según las causas expuestas en su artículo 280.
Por otro lado, la especialización puede resultar fundamental. Si bien no es una condición indispensable, es muy importante disponer de conocimientos más avanzados. Una titulación de posgrado, como el máster en Propiedad Intelectual e Industrial, resulta de gran ayuda para la fase de puntuación.
Preguntas frecuentes sobre esta profesión desconocida
Con el objetivo de contribuir a la difusión de esta figura, daremos respuesta a las cuestiones más frecuentes.
¿Qué perfil debe mostrar para tener éxito en el sector?
Más allá de la preparación académica, la aptitud resulta imprescindible a la hora de desarrollar esta labor. Quienes consiguen escalar hasta posiciones más altas dentro de su funcionariado destacan por poseer los siguientes rasgos:
- Rigurosidad: un fallo en la comprobación de un documento puede implicar consecuencias legales para el registrador. Por ello, hay que demostrar un elevado nivel de rigurosidad y corrección.
- Legalidad: los funcionarios públicos deben mantener una conducta ejemplar, de acuerdo con la Administración del Estado. Esto implica, obviamente, conocer las leyes con las que trabajan a la perfección.
- Capacidad analítica: su función es indiscutible a la hora de prevenir y detectar fraudes. En consecuencia, cada caso debe ser tratado con un profundo análisis de las circunstancias.
- Supervisión: junto con lo anterior, hay que saber buscar un determinado inmueble en el registro. ¿Qué significa esto? Que se debe comprobar que, realmente, el bien que se va a vender existe.
- Proactividad: la labor comprobatoria va mucho más allá de la consulta en los archivos. Este profesional tiene derecho a efectuar preguntas acerca de la situación del inmueble o cualquier dato análogo.
¿Cuál es el sueldo de un registrador de la propiedad?
Por lo general, los registradores de la propiedad no suelen poseer un sueldo fijo, ya que no trabajan para una empresa en concreto, sino que pueden montar su despacho de manera independiente. Como funcionarios, dependen de forma directa del Estado, pero reciben su remuneración del ciudadano.
Según cifras del sector, encontramos en la figura del registrador de la propiedad un sueldo medio de 15 000 euros mensuales. Esta cifra es bastante elevada y se debe, en gran parte, a la escasa competitividad. De acuerdo con el Colegio de Registradores de España, en la actualidad hay 1100 personas desempañando esta profesión.
¿Qué posibilidades de emprendimiento existen?
El hecho de que sean funcionarios públicos no impide que puedan emprender. La realidad demuestra que la mayoría de registradores mantienen un despacho independiente que, por supuesto, está coordinado con su respectivo órgano colegial. Sin embargo, podemos afirmar que es una de las profesiones con más posibilidades de emprendimiento.
El salario al que hacíamos referencia antes requiere introducir un matiz importante. Muchos registradores cuentan con administradores, auxiliares y asistentes. Estos profesionales facilitan su labor y posibilitan que puedan atender a más personas en menor tiempo. Sin ellos, el salario mensual sería inferior, por lo que constituyen una ayuda indispensable.
Oposiciones de registrador de la propiedad
Las oposiciones a registrador de la propiedad se efectúan, por lo general, cada dos años. Cada órgano territorial puede convocarlas cuando presente la necesidad de cubrir plazas (hasta un máximo de 50). Para ello, desde el Colegio de Registradores de España se informa de la oferta disponible de forma periódica.
Para efectuar una solicitud, hay que dirigirse a la Directora General de Seguridad Jurídica y Fe Pública. Las plazas son convocadas por el Ministerio de Justicia, quien fija los criterios clave y las condiciones de admisión. Por lo general, el 10 % de las plazas quedan reservadas para personas con discapacidad.
Las condiciones son las que comentábamos antes (no estar excluido por ley y disponer del título de Derecho). Además, se requiere disponer de la nacionalidad española y ser mayor de edad. El importe de las tasas suele rondar los 30 € (con un 50 % de descuento en caso de tener familia numerosa).
El temario, un elemento clave para tener buena nota
Conocer el temario para el registrador de la propiedad es fundamental antes de presentarse a la fase de examen. Esta prueba suele constar de cuatro partes con distintos contenidos y métodos de evaluación:
- Primera fase: de carácter oral, aborda el Derecho Civil, Mercantil, Procesar, Administrativo, Foral y Común.
- Segunda fase: de carácter oral, se centra en el Derecho Notarial, Fiscal e Hipotecario.
- Tercera fase: de carácter escrito, evalúa la capacidad para evaluar un documento y elaborar informes de defensa.
- Cuarta fase: de carácter escrito, abarca las operaciones correspondientes al propio registro y la liquidación.
Obviamente, los contenidos se actualizan cada cierto tiempo y pueden sufrir modificaciones entre una convocatoria y otra. Por tal razón, resulta imprescindible obtener siempre el temario más reciente. Los programas de posgrado son una opción muy recomendada para mantenerse al día de la legislación y las prácticas de esta profesión.
Como ha quedado patente, el registrador de la propiedad es un profesional de futuro. Más que una profesión emergente (que no lo es) se trata de una figura clave para la sociedad. Si quieres avanzar en esta disciplina, nuestros másteres jurídicos pueden ser el principio de tu camino a la especialización. ¡Consulta nuestra página web y solicítanos más información!