La dislexia es un trastorno del aprendizaje caracterizado por problemas en la lecto escritura en niños y niñas con un coeficiente intelectual normal y sin un déficit sensorial importante. Es un problema de necesario y urgente abordaje por su frecuencia, se calcula que entre un 5 y un 10% de los alumnos lo sufren en mayor o menor grado, y porque al constituir la base del resto de competencias y aprendizajes influye muy directamente en el fracaso escolar.
El alumno con dislexia no tiene ningún tipo de retraso intelectual. Por lo tanto, si se interviene temprana y adecuadamente, la gran mayoría de chicos con dislexia pueden seguir sus estudios con normalidad y buenos resultados académicos.
Buenas prácticas en niños con problemas para leer y escribir
Existen cuatro claves fundamentales en el tratamiento de la dislexia:
- Detección temprana del trastorno.
- Información adecuada a sus padres y maestros.
- Refuerzo de las asignaturas, en especial lenguas e idiomas en horario escolar y, si es necesario, como actividad extra.
- Intervención de profesionales especializados: logopedas, psicopedagogos o profesores de educación especial.
En base a los puntos básicos anteriores, los docentes pueden seguir las siguientes recomendaciones para tener más garantías de un progreso adecuado de los alumnos con algún problema de dislexia en su clase:
- Conseguir que el alumnado en general, y en particular los niños y niñas con dislexia, desarrollen el interés y el gusto por las actividades de lectura y escritura.
- Profundizar en aspectos de la lectura como instrumento de aprendizaje.
- Seleccionar los textos de lectura teniendo en cuenta temas de interés propios de la edad.
- Dar prioridad a textos propios de situaciones cotidianas de la relación social, como correspondencia escolar, normas de clase o reglas de juegos.
- Realizar actividades tanto de lectura individual como de lectura conjunta.
- Poner en marcha estrategias de comprensión lectora previas a la lectura, durante la lectura y después de la lectura.
- Estimular y activar los conocimientos previos del alumno mediante estrategias de realización de hipótesis y posterior comprobación de las mismas.
- Trabajar la identificación de la información más importante.
- Realizar ejercicios de interpretación de las imágenes que acompañan al texto.
- Utilizar modelos diferentes para potenciar la motivación y hacer las clases más amenas: lectura en voz alta del profesor/a, de alumnos/as más mayores, de algún familiar, teatros leídos, grupos interactivos, etc.
- Repetir con un adulto lecturas de pasajes elegidos anteriormente.
- Iniciar al alumnado en el uso guiado de diccionarios escolares en soporte papel y digital.
- Organizar visitas o entrevistas con algún autor o autora de un libro previamente leído.
- Crear una biblioteca en el aula con libros de los propios alumnos y alumnas.
- Practicar actividades de animación a la lectura, fomentando tanto el uso guiado de la biblioteca de aula como de la del centro como fuente de placer y como medio para la búsqueda de información.
- Utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) para obtener información y como técnicas de estudio: uso de procesadores de textos, audiolibros, mapas conceptuales visuales, power point, etc.
- Ayudar al alumnado a construir un conocimiento previo como base antes de empezar la lectura de textos.
- Utilizar organizadores semánticos y gráficos para representar el material leído y aumentar la comprensión.
- Realizar análisis de textos basados en diferentes tipos de preguntas: literales, inferenciales y críticas para llegar a una mejor comprensión lectora.
- Hacer que el alumnado genere sus propias preguntas sobre los textos leídos.
- Utilizar estrategias variadas para aumentar el vocabulario: enseñanza explícita, indirecta, asociativa, etc.
En lo que respecta a los recursos y materiales a disposición de los niños y niñas en el aula, es muy importante que les proporcionen diferentes experiencias, por lo que deben ser ricos y variados. Se puede utilizar en el aula materiales reciclables, los cuales suelen ser muy apreciados por los niños como: folletos de buzoneo, de alimentos, propaganda de excursiones, fiestas, revistas, juegos de palabras, dominós, libros usados, cuentos, ficheros, listines, juegos para reciclar, etc.